Las protestas sociales sacuden Brasil en pleno Mundial 2014

El Mundial de fútbol de Brasil arranca esta noche en Sao Paulo con el trasfondo inquietante de las movilizaciones sociales que sacuden el país. De momento, uno de los eventos deportivos más importantes del mundo comenzará con un problema menos como es la huelga del Metro, que ha afectado a millones de ciudadanos. Los trabajadores han decidido finalmente no continuar con la protesta. Se han comprometido a trabajar con normalidad este jueves, aunque durante el día se manifestarán para reclamar la reincorporación de los funcionarios despedidos durante la huelga de cinco días que terminó el lunes. Los trabajadores se plantean hacer manifestaciones diarias, simultáneas a sus negociaciones con el gobierno.

La huelga del Metro de Sao Paulo provocó graves problemas de tráfico en la ciudad y grandes atascos en los accesos por carretera. Una nueva huelga habría complicado mucho la situación en torno al estadio donde comienza el Mundial, ya que los aficionados proceden principalmente de la línea roja del suburbano, que une el este y el oeste de la metrópolis.

Otros colectivos, sin embargo, mantienen las huelgas. Es el caso de los trabajadores de los aeropuertos de Río de Janeiro y los conductores de autobús de Natal, una de las sedes del Mundial. En cuanto a los aeropuertos de Río, los sindicatos justifican la huelga tras nueve meses de negociaciones intensas. Los trabajadores exigen a las empresas aéreas un reajuste salarial real y un abono extra por el incremento de trabajo derivado de la competición mundialista.

Brasil dedicará 8.434 millones de euros en recursos humanos y económicos para garantizar que el Mundial de fútbol sea un éxito. Esta gran inversión tiene desde hace tiempo numerosas respuestas sociales en todo el país por considerar que parte de este dinero debería haber ido destinado a la sanidad, la educación y los ámbitos de los sectores más necesitados.

En materia de seguridad se incluye una partida de más de 600 millones de euros, con un dispositivo que incluye 157.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y agentes de la seguridad pública que se distribuyen por las doce sedes, garantizando la vigilancia de las autoridades, las delegaciones y los aficionados.