Luis Suárez: "Me trataron peor que a un criminal"

Tal y como puede leerse en la biografía "Mi Vida. Luis Suárez", el astro uruguayo narra el mal trago por el que pasó durante la sanción de la FIFA, cuando se sintió tratado como un criminal tras el incidente con Giorgio Chiellini, aunque consiguió aguantar la presión gracias a su esposa, Sofía Balbi, y al resto de su familia. "Lo absurdo de la suspensión de la FIFA es que se volvió cada vez más evidente. Tuvimos que planificarlo todo cuidadosamente ante el supuesto que los paparazzi o algún hincha me tomara una foto realizando alguna actividad remotamente relacionada con el fútbol", señala, añadiendo que tuvo que firmar con el FC Barcelona "un contrato casi clandestinamente sin que llegara a ser un asunto público".

Y le agradece a Gerrard sus consejos, dado que estuvo a punto de fichar por el Arsenal. "Habría sido un gran error, que habría cometido de no ser por Steven Gerrard. Hablamos de eso cuando fui a Melwood a recoger mis cosas al final del verano y me dijo: ?Hicistes lo correcto, esperastes hasta el mejor momento'. Me dijo juega bien en el Liverpool, dale otro año y el próximo serán el Bayern Múnich, el Real Madrid o el Barcelona que vendrán a por ti y entonces podrás irte donde quieras porque tienes calidad para jugar en cualquiera de estos tres clubs".

Habla también del sentimiento que le ha unido siempre al FC Barcelona. "Solía aparecer en las prácticas con una mochila gris que tenía el escudo del Barcelona". Y relata cómo fueron las veces en que visitó el Camp Nou. "Me sentía como un invitado o como si hubiera ganado un concurso". También se puede apreciar el fragmento en que Luis Enrique dio su particular bienvenida a Luis Suárez en el vestuario. "Bueno, ellos finalmente lo sacaron de Guantánamo para estar con nosotros en el entrenamiento. Todos aplaudieron al prisionero liberado y yo traté de no ruborizarme por ser el centro de atención".

Tiene claro que la sanción de la FIFA le ha creado una fama de la que difícilmente podrá desligarse. "La gente habla de mí como si fuera un jugador problemático, pero hablen con mis compañeros e intenten encontrar uno solo que piense esto". Ante la obligación de tener que dejar la concentración, señala que "la única razón por la que no lloré fue porque el entrenador estaba delante". 

"Cometí un error. Fue mi culpa. Era la tercera vez que me pasaba y necesitaba ayuda". Después de los mordiscos, es normal que algunos jugadores intenten provocarle. "Cuando jugué contra Philippe Senderos del Fulham y Martin Jol era el entrenador, después de cinco minutos de partido, Senderos se paró por detrás y me pateó el tobillo cuando la pelota ya se había ido. ?Perdón?, me dijo. Yo pensé: "Sí, Jol te dijo cómo soy y que hicieras eso".