El verano 2017 fue un periodo muy duro para el FC Barcelona, que tuvo que afrontar la marcha de Neymar y varios culebrones inacabables con sus fichajes. Además de las batallas por Marco Verratti y Ousmane Dembélé, los catalanes afrontaron otro rechazo doloroso, el del Liverpool por Philippe Coutinho.

Tras confirmarse este sábado que el brasileño vestirá finalmente la camiseta azulgrana, el diario 'Sport' ha hecho un repaso de los seis meses que ha tardado en confirmarse una llegada en la que todos menos los ingleses pusieron de su parte. Los 'reds' estaban en pleno derecho de negarse a la marcha de una de sus grandes estrellas, pero ni siquiera cedieron tras las continuadas peticiones del futbolista. Tenían un motivo. 

Tal y como apunta la citada publicación, la entidad culé abandonó su enfrentamiento con el PSG por Verratti y puso sus miras en el brasileño, encontrando muy pronto un aliado en Kia Joorabchian, uno de sus agentes. En agosto el traspaso estaba encarrilado, pero entonces el papel de Jürgen Klopp fue decisivo. El alemán amenazó con marcharse si se vendía a Coutinho, bajo su punto de vista, la clave para el asalto del Liverpool al título de la Premier League.

Pronto se torcieron las conversaciones, o más bien desaparecieron a pesar de que el centrocampista continuaba presionando. Los dirigentes pusieron fin a los contactos con el Barça y el jugador se quedó solo y apartado en busca de una solución. Finalmente, y con mucho sufrimiento de por medio, encontró una puerta, una que ha tardado media temporada en abrirse.

Un esfuerzo total

Porque si Coutinho acaba aterrizando en las próximas horas en el Camp Nou será gracias a su insistencia. Él sí ha cumplido su parte del trato con un rendimiento inigualable, pero el Liverpool ha tardado muy poco en confirmar que nuevamente se ha quedado corto en su lucha por los títulos.

Con la llegada del mercado de invierno, el Barça ha visto la oportunidad de corresponder al sacrificio del de Río, y no ha dudado en expresarle su confianza con la inversión más alta en toda su historia. Ha costado mucho trabajo, mucho esfuerzo y muchos millones, pero el sueño de Philippe acaba de empezar.