La directiva del FC Barcelona comienza a perder la paciencia con Ousmane Dembélé. En las oficinas del club han dado plazo al delantero hasta esta semana para informar su decisión de continuar o no en la entidad blaugrana, pero el delantero sigue en silencio. Tanto el francés como su agente, Moussa Sissoko, esperan una mejor oferta culé o de otro club que se acerque más a las aspiraciones económicas de 'El Mosquito'.

Por ahora, Ousmane sigue plantado esperando una oferta que se acerque a su petición inicial, que sobrepasaba los 80 millones de euros al año. Mientras tanto, el vicepresidente culé, Rafa Yuste, afirmó tras el partido de Granada que el equipo "desea y espera que esta renovación que el míster la quiere y la queremos todos se produzca lo antes posible”. Sin embargo, la directiva ha tomado la decisión de no realizar más esfuerzos por el delantero. Es él quien debe decidir sí se queda o se marcha. 

Dembélé fue titular en el empate del sábado ante el Granada, siendo sustituido en el minuto 82 por Álvaro Sanz, tras la expulsión de Gavi. En Copa fue suplente ante el Linares, ingresando en el segundo tiempo y siendo factor clave en la remontada 1-2, anotando el gol del empate en el minuto 63. Ahora, en la Supercopa de España, se espera que vuelva a ser decisivo.

La rebeldía de Dembélé no es cosa nueva

Ousmane ya ha vivido momentos similares en su corta carrera. En 2017, tras un año en Dortmund, el francés se declaró en rebeldía hasta que el Borussia no le vendió al Barcelona. Incluso se ausentó 15 días de los entrenamientos. Un año antes, el futbolista también se había negado a aceptar su traspaso al Salzburgo, cuando jugaba en el Stade Rennes. 

En las oficinas del Barça esperan que Dembélé acabe renovando, ya que su salida en verano supondría un golpe económico para el club. Por el contrario, si el jugador se marchara en este mercado también sería un gran alivio para las arcas culés, pero las opciones de salida en este momento son realmente mínimas. Xavi cuenta con él y espera que su situación se resuelva pronto, pero si el delantero se declara en rebeldía no dudará en apartarlo del equipo.