El FC Barcelona incorporó a Moussa Wagué​ para su filial en el verano de 2018 con la idea de que fuese importante a medio o largo plazo en el primer equipo. Llegó procedente del K. A. S. Eupen belga por cinco millones de euros, después de demostrar su talento en Bélgica y con su selección, Senegal, con solo 19 años.

En el Barça B rindió muy bien la campaña pasada y eso le abrió de par en par las puertas del primer equipo. Ernesto Valverde le dio varias oportunidades el curso pasado y jugó hasta tres encuentros con la camiseta del equipo azulgrana en Primera. No brilló de manera especial en ninguna de sus apariciones, pero sí dejó buenas sensaciones.

Esas buenas sensaciones y su potencial le permitieron quedarse este verano con los mayores para ser de forma oficial un jugador más del primer equipo. Debía ser el suplente natural de Nélson Semedo en el carril diestro, pero tras tres meses de competición no ha jugado ni un solo minuto. El 'Txingurri' parece no confiar en él y está prefiriendo jugar con Sergi Roberto cuando el portugués no está.

Por suerte para Wagué, este sábado no están ni Semedo ni Roberto y todo parece indicar que tendrá su primera oportunidad de la temporada contra el Leganés. Pero eso no quiere decir nada y su futuro en el Barça sigue sin estar claro. En Europa tiene un gran cartel y, según apunta Mundo Deportivo, desde Leverkusen ya han llamado a su puerta para saber de su situación.

El Bayer sigue muy atentamente al carrilero derecho desde hace tiempo y podría lanzarse a por su fichaje, siempre y cuando el Barcelona acepte negociar por él. La velocidad y la potencia de Wagué le hacen ser un jugador muy interesante de cara al futuro, ya que si madura en su juego y mejora defensivamente, podría ser un lateral diferencial en el fútbol europeo.

Todibo también gusta en Leverkusen

El senegalés no es el único azulgrana por el que el Leverkusen ha mostrado interés. Este pasado jueves, Sport informó que los alemanes también quieren a Jean-Clair Todibo y que los culés ya estarían negociando su venta. La idea sería sacar, al menos, diez millones de euros por él y guardarse una opción de compra para el futuro por si el galo explotase.