El caso del posible fichaje de Adrien Rabiot  por el FC Barcelona nos empieza a resultar familiar. Antoine Griezmann era el gran nombre que el club culé tenía hace meses en la cartera para reforzar la delantera de cara a la presente temporada, algo que no sucedió ya que el galo anunció que se quedaría en el Atlético de Madrid.

El delantero galo había roto el acuerdo verbal que tenía desde hacía tiempo pactado con la entidad azulgrana, montando un show televisivo alrededor de su futuro que no fue bien recibido por el barcelonismo. Griezmann había puesto la miel en los labios, pero después rompió su palabra y dejó tirado al FC Barcelona.

Ahora, la situación de Adrien Rabiot comienza a recordar a la de su compatriota. Recientemente, la radiotelevisión italiana, que estaba pendiente del fichaje del centrocampista por la Juventus de Turín, anunció que la joven estrella del Paris Saint-Germain había alcanzado un acuerdo con el FC Barcelona de cara a 2019.

Después de rechazar las varias propuestas del Paris Saint-Germain por extender su vinculación con el club galo, media Europa sospecha que la voluntad de Rabiot es marcharse, con el FC Barcelona como una de las prioridades. Pero esos acuerdos verbales no son garantía de que las operaciones vayan a salir adelante.

La experiencia del FC Barcelona con Antoine Griezmann deben dejar claro que no hay que dar nada por sentado. La normativa permitirá, a partir de enero, al club catalán y a Adrien Rabiot negociar con libertad, ya que faltarán seis meses para que expire el contrato del francés. Es ahí donde debe quedar todo atado para que no suceda los mismo que con el delantero rojiblanco.

Mala situación en el PSG

Adrien Rabiot no vive precisamente un momento fácil en el Paris Saint-Germain y en el FC Barcelona sabe que tendría la oportunidad de brillar en un equipo aspirante a todo. La llegada a coste cero de este futbolista también daría alas al club catalán, que es consciente de las locuras que se pagan por los traspasos de las estrellas y del ahorro que supondría la llegada de Rabiot.