Este jueves, el FC Barcelona anunció la cesión hasta final de temporada de Jeison Murillo, procedente del Valencia. El estado de la rodilla de Samuel Umtiti, que tiene dolencias en el cartílago desde hace meses, y la propensión a las lesiones de Thomas Vermaelen hicieron que la operación de traer a un central se adelantase al próximo mes de enero.

En esta misma línea iba el interés del club azulgrana por Andreas Christensen, defensa del Chelsea. Según las informaciones publicadas por el diario Sport, el FC Barcelona trató hasta el último momento de mantener la vía abierta con la posible cesión del zaguero de 22 años, que apenas tiene oportunidades en el Chelsea.

No obstante el club londinense decidió cerrar las puertas a la salida del central danés. Maurizio Sarri apenas da minutos a un jugador con mucho futuro que teme quedarse estancado en un equipo en el que la pasada temporada solía jugar siempre de inicio, cuando Antonio Conte era el técnico del conjunto inglés.

La proyección del jugador le hace importante para el futuro del Chelsea, algo que acabó siendo determinante para cerrar cualquier puerta a su salida. Por ello, el FC Barcelona aceleró en la operación que trajo a Murillo al Camp Nou, un jugador que conoce LaLiga y que puede tener un periodo de adaptación mucho más rápido. 

De Ligt, el central para 2019

El pasado verano, el FC Barcelona ya comenzó a renovar su defensa y se hizo con los servicios de Clément Lenglet y de Ronald Araújo, pero los planes no acaban aquí. Desde hace tiempo, la secretaría técnica controla a Matthijs de Ligt, que será el objetivo prioritario para la zaga de cara al año 2019.

Su llegada puede decidir el futuro de Murillo y su posible marcha ya que, si el holandés llega al Camp Nou, la plantilla ya tendrá cuatro centrales y el colombiano se quedaría sin sitio. Por ello, el plan con De Ligt marca totalmente la estrategia de futuro de la defensa culé.