El 'efecto dominó' de Neymar y el error histórico del Barça

Todos los grandes clubes ha cometido grandes errores en el pasado y, en el caso del FC Barcelona, el 'caso Neymar' y todo lo que ello conllevó posteriormente puede ser uno de los fallos más catastróficos de la historia de la entidad. El verano de 2017 marcó un antes y un después para el club azulgrana, después de una serie de operaciones que no salieron como se esperaba en un principio.

En primer lugar, el Barça cometió el gran error con el propio Neymar. El club azulgrana le renovó a base de pagos de comisiones multimillonarias y de salarios astronómicos para el brasileño pero no reparó en algo tan básico como blindarle con una cláusula de rescisión a prueba de jeques. Algo que el Paris Saint-Germain aprovechó para poner encima de la mesa de los 222 'kilos' de su precio para llevárselo.

En un primer momento se pensó que esa cantidad podría servir para cubrir su baja por otro 'galáctico' pero, para entonces, los clubes ya sabían que el Barça disponía de mucho efectivo para fichar y que se podía inflar el precio de cualquier jugador. Desde el club azulgrana, en lugar de tener sangre fría para esperar una oportunidad, cayeron víctimas de su propia desesperación y accedieron a pagar precios de locos por jugadores que no lo valían.

Los 40 millones por Paulinho, un centrocampista de nivel medio con 29 años, o los 140 por Ousmane Dembélé​ cuando apenas un año antes solamente costó 12 -además, antes del clausulazo de Neymar, su precio estaba marcado en 80- fueron un derroche tremendo. Ninguno de los dos era un primera espada o un jugador con experiencia o calidad suficiente para equipararse al brasileño.

Coutinho, la guinda del pastel

Al fin y al cabo, que Dembélé no haya rendido se puede atribuir simplemente a la mala suerte con las lesiones, ya que talento tiene y lo ha demostrado. Pero lo de Philippe Coutinho muestra una falta de descoordinación total. El brasileño, que en el Liverpool jugaba de mediapunta, fue fichado por el ex secretario técnico Robert Fernández por 160 millones para ser el relevo de Iniesta tratándose de un jugador completamente distinto.

Además, Ernesto Valverde ni se molestó en probarlo en la posición para la que se le había fichado y le confinó en el extremo izquierdo, convirtiéndole su experiencia como culé en un desastre. En total, 340 millones gastados en pocos meses para suplir a Neymar en tres jugadores que no triunfaron. A todo ello, el pasado verano se gastaron otros 135 en Griezmann para, nuevamente, hacerle jugar fuera de posición. Nueva decepción, nuevo error y nueva forma de demostrar cómo no hacer las cosas.