Hace poco más de un año, el FC Barcelona intentó por todos los medios fichar a Marco Verratti. El futbolista italiano, desesperado por salir del Paris Saint-Germain para vestir de azulgrana, llegó a plantarse en rebeldía para conseguir que Nasser Al-Khelaïfi accediese a venderle a la entidad culé. Todo fue en vano: el italiano siguió en París y el club francés, cansado de la insistencia de los culés, fichó a Neymar.

Esta temporada, el escenario no parece haber cambiado demasiado, aunque los nombres son distintos. El FC Barcelona sigue interesado en un jugador del Paris Saint-Germain, Adrien Rabiot, y el club parisino pretende devolver la pelota negándose a traspasar al galo y, en su defecto, fichar a Ivan Rakitic.

Afortunadamente para el FC Barcelona, Rabiot no es Verratti y Rakitic no es Neymar. El croata está a gusto en Barcelona y no parece dispuesto a aceptar la astronómica cantidad que le ofrece el Paris Saint-Germain en el que sería su nuevo contrato y el francés está dispuesto a plantarse, aunque contando con un arma con la que no contaba Verratti. O, tal vez, dos.

El primer argumento de peso que tiene Rabiot para presionar al Paris Saint-Germain es que termina contrato en pocos meses y que no está dispuesto a renovar. El club francés podría perder gratis a una de sus grandes estrellas de futuro y la única vía para sacar rentabilidad por él sería venderle este mismo verano, aunque el Barça no pagaría más de 50 millones de euros.

El segundo punto a tener en cuenta es que la normativa del 'fair play' financiero presiona al Paris Saint-Germain a vender. El hecho de que los franceses no hayan llevado a cabo ningún fichaje de cantidades astronómicas -ha llegado Gianluigi Buffon gratis y Thilo Kehrer por 37 'kilos'- no ha sido casualidad, sino por temor a una sanción. Ahora quieren a un lateral zurdo -Filipe Luis o Bernat- y, para que llegue, deben vender a un jugador importante.

Rabiot, dispuesto a plantarse

Por si todo ello fuese poco, Adrien Rabiot es un jugador de carácter fuerte y mucho menos manejable que otros futbolistas del Paris Saint-Germain que quisieron vestir de azulgrana -Thiago Silva o el propio Marco Verratti, por ejemplo- y acabaron cediendo a las presiones de Al-Khelaïfi por dinero y por la amenaza de pasarse en la grada todo el tiempo necesario para renovar. Rabiot tiene claro lo que quiere: jugar en el Camp Nou.