La prensa catalana explica durante estos días que hay un futbolista de la primera plantilla azulgrana que ya tendría asumida su salida del club: Marc Bartra. El defensor catalán, triste y taciturno en los últimos enfrentamientos del Barça, donde incluso no fue convocado por Luis Enrique, sabe perfectamente que no cuenta con la confianza del asturiano y que, quizás ahora sí, su periplo en la que ha sido su casa durante toda su vida futbolística toca a su fin.

Siempre guardando silencio con una educación exquisita, sin exigir nada a nadie y sin lanzar dardos como habrían hecho otros de sus compañeros, Bartra se va apenado. Le habría gustado despedirse del club de sus amores con una temporada normal, en la que hubiera podido tener los partidos suficientes para demostrar su valía o no en este Barça. Pero no los ha tenido.

El zaguero empezó mal en la Supercopa de España ante el Athletic Club y la cruz le siguió hasta el día de hoy. De nada valieron sus partidazos frente al Levante, Bayer Leverkusen o Deportivo de la Coruña, ya estaba sentenciado desde agosto. Es por ello que fue el último en salir del Camp Nou, saludando a todo el mundo y, quien sabe, quizás atesorando sus últimos minutos como blaugrana sobre el Estadi.

Acaba su contrato el próximo 2017 y no parece que el club vaya a ponerse en contacto con él para renovar. Las ofertas que tiene, eso sí, son muy interesantes. Desde Valencia y Sevilla le tientan, aunque la Premier League, la Bundesliga e incluso la Serie A, con la Juventus a la cabeza, también le quieren echar el lazo. Su cláusula de rescisión actual es de doce millones de euros, bajada al no disputar el mínimo de minutos y partidos que reflejaba su contrato.

Con la mente fría, ahora toca tiempo de Eurocopa de Francia. Del Bosque sí que confía en él, le arropa y con España es feliz. De su torneo con la "roja" saldrá, lo más seguro, su próximo destino. El destino de un futbolista que realmente se merece que todo lo que haga le salga bien.