Mientras la gran mayoría de los grandes clubes de Europa no dejan de fichar sin cesar en el presente mercado de fichajes 2017, el FC Barcelona parece haberse estancado en el 'no' cada vez que intenta hacerse con los servicios de un posible refuerzo, como si el resto de clubes le hubiese perdido el respeto y se niegue directamente a negociar con los culés a no ser que éstos realicen una oferta desorbitada.

Theo Hernández, Dani Ceballos, Héctor Bellerín, Marco Verratti y ahora Philippe Coutinho y Ousmane Dembélé. Por todos ellos se ha llegado a interesar el FC Barcelona en el presente mercado de fichajes, y por todos ellos ha recibido calabazas de parte de los clubes de origen.

De ahí que en 'AS' hayan colocado el sobrenombre de 'El rey de las calabazas' al FC Barcelona este verano, con el fin de retratar al club azulgrana pero dejando muy patente una realidad que empieza a enervar al barcelonismo, que ve cómo ni siquiera con 222 millones de euros el Barça es capaz de moverse con rapidez en el mercado para cerrar alguna incorporación de garantías.

Marlon Santos, Deulofeu y Nelson Semedo son las tres únicas caras nuevas de la primera plantilla a día de hoy, y es posible que el primero acabe marchándose cedido a un club de LaLiga española.

El Barça, ¿con la presión de fichar sí o sí? 

Tras la marcha de Neymar Jr al PSG, que también ha sido motivo de crítica de la afición culé hacia la directiva liderada por Josep Maria Bartomeu, podría decirse que el presidente del FC Barcelona se encuentra en estos momentos presionado, entre la espada y la pared, con el reto de fichar a alguna estrella consagrada que vuelva a ilusionar a una afición algo dividida entre si reforzarse ahora o dejarlo para más adelante.

La cuestión es que el FC Barcelona no está teniendo demasiada fortuna en el presente mercado de fichajes, por errores propios o ajenos, y el que lo está pagando es Ernesto Valverde, con una plantilla menos competitiva de la que preveía -aunque sigue siendo de las mejores de Europa- y también el buen nombre del Barça, al que algunos clubes puede que estén empezando a perder el respeto. O al menos eso se dice en Madrid. ¿Será verdad? La realidad es que el FC Barcelona aún tiene tiempo para reaccionar este verano. Aunque, un consejo: las prisas son malas consejeras.