Gol, magia, personalidad, experiencia... Todo eso y mucho más es lo que aportaría Ilkay Gündogan en el FC Barcelona si los culés lograran ficharle este verano. El cuadro barcelonista lleva meses tras su fichaje, pero de momento no hay nada cerrado. Según se cuenta, el centrocampista sigue teniendo dudas sobre su futuro, aunque parece que en su cabeza solo hay dos opciones: Seguir en el Manchester City o salir al Camp Nou.

Mientras decide, el alemán de origen turco sigue demostrando partido a partido por qué el Barça tiene que hacer todo lo posible para incorporarle. Este domingo, el capitán 'citizen' llevó a su equipo a la victoria contra el Everton (0-3) con dos golazos y una asistencia para la diana de Erling Haaland. Una exhibición en toda regla para dejar claro que pese a sus 32 años tiene fútbol y ganas para rato.

El primero de los goles de Ilkay solo está al alcance de los mejores del mundo. Control sin que caiga con la derecha desde dentro del área y remate con la misma diestra casi con la espuela sin que bote para batir con maestría al meta del Everton. Una jugada espectacular que le demuestra a los culés que con él no solo se ficharía a un 'jugón', sino que también a un llegador.

La asistencia a Haaland tampoco estuvo nada mal, internándose por la izquierda hasta línea de fondo y poniéndola con calidad con la pierna 'mala' para el brutal cabezazo del noruego. Para terminar, ya en la segunda parte, enseñó su nivel a balón parado con una falta a la altura de los mejores. Un disparo delicado, sutil y con la potencia perfecta que se coló cerca de la escuadra rival.

El Barça toma nota con Gündogan

Gündogan hizo un partidazo en toda regla ante la atenta mirada del FC Barcelona, que seguro tomó nota. Se comenta que los azulgrana tenían alguna duda por su edad sobre si pagarle el elevado salario que exigía. Con exhibiciones como esta seguramente los barcelonistas tengan menos dudas a la hora de cumplir sus pretensiones. En unas semanas se verá si el Barça consigue convencerle, si sube su oferta o si es el propio jugador quien baja sus exigencias.