El FC Barcelona ya ha trazado parte de su planificación en materia de fichajes con miras al verano. Para entonces, podrían producirse varios movimientos, tanto de salida como incorporaciones. No obstante, hay un nombre que parece ser inamovible: Jordi Alba. Ni siquiera los escasos minutos de juego que acumula en los últimos partidos le han hecho valorar la posibilidad de vestir nuevos colores de cara a la temporada 2023/24.

En total, solo suma 68 minutos en media docena de partidos. Su intención es convencer a Xavi Hernández de que cuenta con el nivel para no ceder su plaza ante las 'amenazas' de otros carrileros izquierdos, como Alejandro Balde y Marcos Alonso. Alba no tendría mayores problemas en ser el 'escudero' de Balde, quien ha empezado a consolidarse como fijo en el carril izquierdo.

Jordi Alba se planta

De esta manera, Alba no estaría evaluando posibilidades de continuar con su carrera en otro club. Incluso aunque el club se vea en la necesidad de vender efectivos para reducir la masa salarial, hacer caja e ir a por nuevos refuerzos en el mercado, el carrilero izquierdo no será quien dé el paso al costado. El jugador considera que su futuro está en el Barcelona.

Su venta no sería del todo desfavorable para el equipo azulgrana, que podría ahorrarse así los 38 millones de euros que aún adeuda con el defensor a raíz de los diferimientos salariales acordados con la directiva. Desde el tren ejecutivo azulgrana estarían evaluando la fórmula apropiada para llegar a un acuerdo favorable para todas las partes, pero Jordi Alba no estaría por la labor de aceptarlo.

La estrategia del Barça

El contrato de Jordi Alba quedará sin efecto el 1 de julio de 2024, por lo que a partir de enero estará en libertad para iniciar conversaciones y negociaciones con otros clubes. El Barcelona incluso tiene la intención de pagarle el diferencial adeudado, pero según el diario 'Sport', no ha habido ningún tipo de contactos entre el club y el jugador o su agente en este sentido.