Por ahora y a 26 de junio de 2017, ni Rafinha Alcántara ni su padre y agente Mazinho han declarado su intención de abandonar el FC Barcelona. El canterano es feliz en la Ciudad Condal, donde le tienen como una estrella en ciernes pero necesitará para seguir una charla importante con Ernesto Valverde al inicio de la pretemporada.

En esta le preguntará al técnico cuáles son sus planes para él. El centro del campo es la demarcación más congestionada por parte del equipo azulgrana y ahí le surgen las dudas. Pues a los ya conocidos hay que sumarles los nombres de Sergi Roberto (que dejará el lateral por el medio) y el del más que seguro fichaje (¿será Verratti al final?).

Por todo ello, Rafa le dejará claro al "Txingurri" que no quiere tener pocos minutos esta temporada y necesita regularidad para poder estar en el Mundial de Rusia 2018 el próximo verano. Por ello antes de negociar nada y sin que le puedan incluir en ninguna operación, Rafinha pide hablar.

Rafinha no quiere ser moneda de cambio

Y ahí reside la principal exigencia del futbolista en caso de salir. No quiere ser considerado moneda de cambio para ningún fichaje, pues en caso de decidir salir quiere ser él quien decida su destino, un equipo que le asegure la titularidad y ser importante durante todo el curso.

De ahí que queden descartados los rumores que le colocaban en el Arsenal para abaratar la llegada de Héctor Bellerín y convencer a Arsene Wenger de que lo deje salir. No podrá ser y en caso de dejar el club, lo hará con un traspaso que él elija.

Lo que sí que podría tener claro el club blaugrana es el precio a pedir por sus servicios. Si bien cuenta con una cláusula de rescisión de 75 millones de euros, lo venderían por una cifra entre los 30 y 40 "kilos".