Hace ya unos meses que empezaron a asomar las dudas en el futuro de Adrien Rabiot, pero en los próximos el jaleo amenaza con aumentar. El PSG no quiere dejar escapar a una de sus grandes perlas, aunque el divorcio parece tener mala solución. La lista de pretendientes aumenta sin parar, y pese a que la decisión podría posponerse hasta enero, el mes de agosto puede ser clave.
Nasser Al-Khelaïfi sigue decidido a renovar al centrocampista cueste lo que cueste, y ha empezado a ponerle ofertas sobre la mesa. Sus proposiciones son mareantes, pero el joven estaría decidido: Quiere cambiar de aires y apurará lo que haga falta para elegir equipo. En apenas dos días, sin embargo, podría haber sorpresa.
El mercado en Italia cierra el 17 de agosto a las 20:00 horas, y hay un equipo interesado en apostar por el de Saint-Maurice a última hora. La Juventus no quiere esperar al mercado invernal porque sabe que habrá más competencia, y quiere hacerse ya con el francés. Recientemente se ha reunido con su madre y agente, Veronique, para exponerle sus argumentos, y entre otros aspectos le habría señalado que dada la fiscalidad en ambos países, en Turín podría ganar más que en Barcelona, su otro posible destino.
Con la ventaja de que las relaciones con los parisinos no son tan tensas como las de los culés, la 'vecchia signora' prepara 20 millones de euros para convencer a los 'bleus'. Si no hay acuerdo exprés, el tiempo se irá agotando para los galos, que podrían elegir a los 'bianconeri' para evitar que el futbolista refuerce a unos de sus grandes rivales, el conjunto azulgrana.
El Barça no acelerará por Rabiot
Mientras las negociaciones se acumulan en el entorno de Rabiot, el Barça ha dado un paso atrás, porque todo lo que debía hacer ya lo cumplió en los últimos meses. El pacto con Adrien estaría sellado y la negativa del PSG parece inamovible, así que ahora sólo queda esperar. De todas maneras, el centro del campo está más que blindado, y la mirada a los De Jong, Pogba y Eriksen también sigue muy presente.
En enero, Adrien Rabiot estaría a seis meses de agotar su contrato, lo que le garantizaría la posibilidad de cerrar su destino sin impedimentos legales. Además, lo podría hacer a coste cero, sin necesidad de abonar traspaso, lo que le convierte en una pieza apetecible para muchos. Contando con el trabajo hecho, los catalanes consideran que deben ser los elegidos, y si no hay giro de última hora, toca dejar que el reloj siga contando. Está claro que hay riesgos, pero tampoco hay más vías de actuación.