La paciencia en los fichajes, estrategia fallida del Barça

El mercado veraniego de 2017 se presentaba como una oportunidad para el FC Barcelona, que debía afrontar una renovación de su plantilla sin prisa pero sin pausa, con un entrenador nuevo y un proceso de construcción que tenía meses para irse cerrando. Sin embargo, la excesiva paciencia ha acabado siendo perjudicial para los intereses de los azulgrana, que además han visto como la marcha de Neymar dejaba su estrategia tocada de muerte y con poco margen para reaccionar.

En el mundo del fútbol no todo es blanco o negro, pero el Barça ha pecado durante los últimos meses, precisamente, de exceso de paciencia, o incluso de confianza. Con varios acuerdos alcanzados por sus objetivos, lo más importante y que se ha dejado aparcado ha sido lo que ha acabado costando más disgustos: Los clubs mandan en las negociaciones. El peligro de ir a por jugadores muy concretos y con contratos largos en vigor ha acabado arrollando a los catalanes, que han tenido que responder a contracorriente, con prisas y rascándose el bolsillo.

En este sentido, la situación se complicó con la marcha de Neymar, que dejó un agujero muy difícil de tapar y 222 millones en caja, un arma de doble filo que tampoco ha sido beneficiosa. Es obvio que el músculo económico ha ayudado en el mercado, pero también ha obligado a esforzarse por el conocimiento que tenían los rivales de esta renovada capacidad adquisitiva.

No obstante, el plan falló mucho antes, con la llegada frustrada de Marco Verratti y las excesivas dudas en su alternativa. Se han contemplado demasiados perfiles tras rendirse por el italiano, y a estas alturas el medio campo continúa congestionado. Mientras tanto, las primeras opciones han dejado paso a algunas segundas muy caras, y aunque Semedo, Paulinho y Dembélé han llegado, lo han hecho a precio de oro.

Cambio de sistema

Si bien es cierto que el panorama actual del mercado ha cambiado radicalmente, también lo es que el Barça debe buscar soluciones para adaptarse cuanto antes, y más sabiendo que no podrá estar cada verano a la altura de billeteras como la del Manchester City o el Paris Saint Germain, que además andan detrás de sus estrellas. Toca acertar con la Masia, con los jóvenes fichajes y tomar riesgos más baratos, como el desastroso caso Asensio, que siempre dolerá desde el Real Madrid.

Caso aparte merece la operación salida, donde la escuadra catalana ya es reincidente. Con cartel o sin cartel, en el Camp Nou también se vende rápido y mal, y esta es una losa que hay que esforzarse en remediar, pensando en los próximos periodos de fichajes pero también en las horas que le quedan a este, en las que habrá que resolver varios casos pendientes. Pero esta vez, sin paciencia.