Ni siquiera compiten en la misma liga y sus encuentros en la Champions son esporádicos, pero la rivalidad entre el FC Barcelona y el PSG se está convirtiendo en histórica. Las continuas fricciones en el mercado han provocado que la tensión se alce por encima de los límites, y las noticias del verano 2018 no están colaborando para mejorar su relación.

Los catalanes han recibido varios portazos tras interesarse en Thiago Silva, Marquinhos, Marco Verratti y Ángel Di María, y para colmo de males su insistencia con el italiano acabó volviéndose en su contra. Tras varios intentos culés, los franceses respondieron a lo grande, y dieron un golpe tremendo convenciendo a Neymar y llevándole a la Ligue 1.

Por si la fuga del brasileño fuera poco, los 'bleus' estarían preparando otra revolución en la plantilla azulgrana, en la que querrían apropiarse de Luis Suárez y Philippe Coutinho. El de Sao Paulo habría pedido al uruguayo para reemplazar a Edinson Cavani, y el carioca sería una alternativa de su club para convencerle de que siga durante algunos años y poder sustituirle en caso de fuga.

El Barça, tranquilo con el caso del PSG

Aunque en el fútbol nunca se puede descartar nada, en el Barça hay cierta calma respecto a ambos, porque se considera que su compromiso es mucho más sólido que el de Neymar. El entorno del ex del Santos no es la mayor ayuda que pudiera tener a la hora de tomar decisiones trascendentales, y la situación de sus dos ex compañeros es, a día de hoy, bastante distinta.

Suárez llegó al Camp Nou para cumplir un sueño de niño, y ha demostrado en diversas ocasiones que lo daría todo por la entidad culé. Sin ir más lejos, aconsejó a Leo Messi cuando este dudaba si debía emprender una nueva aventura, y parece complicado que con su familia asentada decida optar por una marcha tan polémica. 

Parecido es el caso de Coutinho, que cuando se calentaba su salida del Liverpool ya dijo que no a un PSG que se entrometió en las negociaciones. El de Río de Janeiro lo pasó muy mal con el traspaso, y ahora no querría volver a entrar en un culebrón cuando está cómodo, feliz y motivado en uno de los mejores equipos del mundo.

Para terminar, hay dos claves más para pensar en que no habrá nuevos sustos, y es que las cláusulas de rescisión se han multiplicado. Con 200 millones de euros para el delantero y 400 'kilos' para el centrocampista da que pensar, contando además que deberían estar convencidos para fugarse. Por si fuera poco, ahí está el ejemplo de Neymar, agotado tras una temporada en una liga que tiene menor nivel.