Los dos exámenes que Griezmann debería pasar para triunfar en el Barça

Apenas unos meses después de su última renovación con el Atlético de Madrid, Antoine Griezmann ha confirmado que se marcha y será uno de los fichajes estrella del verano 2019. El culebrón del francés ya vivió un capítulo de máxima intensidad en la ventana estival de 2018, en la que estuvo a un paso del FC Barcelona y finalmente se echó atrás porque sus sentimientos le empujaron a permanecer en el Wanda Metropolitano.

Ahora, los catalanes vuelven a ser los favoritos en lo relativo a su incorporación, que aún no cuenta con una aprobación total. Existen ciertas dudas sobre si el de Macon es la opción ideal para el ataque, y hay mucho que pensar porque los 120 millones son asequibles para un futbolista de su talento pero no se trata de una cifra como para precipitarse. Además, el reciente plantón no gustó nada en la Ciudad Condal, lo que ha puesto sobre la mesa dos exámenes que debería pasar para triunfar en el Camp Nou.

El primero, obviamente, es el deportivo. Mucho se ha hablado de la versatilidad que posee un delantero que puede ocupar cualquiera de las tres plazas en la parcela ofensiva, pero esto, igual que es una fortaleza, puede acabar jugándole en contra. No ser un especialista puede penalizar a largo plazo, una situación que queda demostrada con Philippe Coutinho, un media punta con problemas para adaptarse a la banda.

El mayor inconveniente es que el galo no es un nueve, precisamente la pieza que llevan tiempo buscando los culés. Cuando más ha brillado ha sido cuando ha tenido al lado un ariete puro -como Diego Costa u Olivier Giroud-, un papel que en la plantilla desempeña un Luis Suárez al que viene a complementar y a relevar. El uruguayo es un maestro batallando contra los centrales rivales y abriendo huecos para sus compañeros, algo en lo que no destaca un Griezmann menos preparado para jugar de espaldas. Necesita esos espacios que regala el de Salto para poder combinar y hacerse valer, así que esto sería una asignatura pendiente para empezar.

En banda, el campeón del mundo sufriría menos, pero podría perder potencial goleador e influencia en el juego. Tanto en el Atlético como en Francia, ha sido capaz de consolidarse por su movimiento entre líneas, su capacidad de generar ocasiones y su olfato anotador, una función para la que necesita rondar constantemente el área. En la Real Sociedad ya aprendió a desenvolverse más pegado a la línea de cal, pero ha evolucionado mucho desde entonces y es un jugador bastante distinto.

Si no hay cambio de sistema, Griezmann debería encontrar su rol en el Barça, una misión de la que puede salir airoso pero que no sería nada fácil. La presión de los millones sería importante, además de la obligación de cumplir siempre en un equipo que temporada tras temporada está exigido hasta el límite en la lucha por el título. El francés ya supo imponerse en un torneo de quilates como el Mundial y sabe desenvolverse en este tipo de climas, pero si llega la hora de la verdad, tendrá que demostrar sí o sí que está preparado.

El carácter de Griezmann genera inquietud en el Barça

El segundo examen estará casi aprobado si supera el primero, pero el carácter y las decisiones de Griezmann también generan cierta inquietud en el Barça. Tanto la directiva como la afición no entendieron que el crack jugara durante meses con los azulgrana y el Atlético para decir finalmente que se quedaba en casa con un surrealista documental grabado semanas antes de ponerse a luchar por el Mundial. Al final, como ha demostrado Ousmane Dembélé, si el fútbol funciona lo demás importa poco, pero si se produce el más mínimo momento de bajón, se le pedirán responsabilidades y debe estar listo para dar la cara.