Después de algunos meses tras sus pasos, el FC Barcelona espera asegurar pronto el fichaje de Frenkie de Jong, aunque el Ajax sigue empeñado en ponérselo difícil. En una celebración anual del conjunto neerlandés, su director deportivo, el ex jugador Marc Overmars habló del interés azulgrana en el jugador, y dejó bastante claro que llegar a un acuerdo no será coser y cantar.

Cuestionado sobre las ofertas que los culés realizaron este mismo verano, el de Emst fue rotundo, asegurando que "el Barça no valoró a De Jong". Varias fuentes afirman que las propuestas rondaban los 30 millones de euros, una cantidad que los de Amsterdam consideran insuficiente porque han rechazado cifras muy superiores. Sin ir más lejos, la negativa también se la llevó un Tottenham que ponía 50 'kilos' sobre la mesa, lo que hoy por hoy parece el precio de salida.

Los holandeses esperan beneficiarse en 2019 de una subasta que tiene pendientes a varios grandes de Europa, y que aumenta con la tremenda progresión que está exhibiendo el de Arkel. Además de haberse ganado un sitio en el once, ha rendido con la misma solidez en la Champions League, y mostró una naturalidad impresionante en su debut con la selección absoluta.

De nada van a servir los contactos que el Barça tiene en el club 'ajacied', en el que militan varios ex futbolistas que pasaron por el Camp Nou, porque cualquier alternativa está descartada. "El Barcelona puede volver por Frenkie en enero, pero nuestros jugadores no se irán en ese periodo", advirtió Overmars, que sigue subrayando que si hay voluntad de cerrar un traspaso, tocará sentarse a negociar.

El Barça debe hacer valer la voluntad de De Jong

Así, la única ventaja que tiene el Barça es que el propio Frenkie de Jong ha admitido sus ganas de jugar en el Camp Nou, algo que ha declarado sin contemplaciones tras los rumores que le rodearon en la ventana estival. Pese a que tendrá que esperar unos meses, el centrocampista ya ha elegido un destino, y este movimiento sí puede ser decisivo.

Ante las ofertas que reciba el Ajax en los próximos meses, el holandés podrá negarse si continúa convencido, y acabar precipitando que los dos clubes acerquen posturas lo suficiente como para llegar a un acuerdo. Pese a que tiene contrato y ahora no es él quien manda, en el próximo intento luchará por hacerse escuchar.