Tras las llegadas de Gerad Deulofeu y Nélson Semedo, el Barça continúa avanzando en un plan de refuerzos que ahora apunta al centro del campo. En esta parcela el conjunto azulgrana se ha marcado las operaciones por Marco Verratti y Paulinho como objetivos principales, pero si con el italiano no hay manera, con el brasileño tampoco está resultando nada fácil.

El Guangzhou se niega a desprenderse de una de sus estrellas, y se remite a una cláusula de rescisión de 40 millones de euros a la que los catalanes ya han avisado que no quieren llegar. El jugador por su parte ya ha mostrado su voluntad de volver a Europa, pero incluso con la incertidumbre propia de estar inmerso en un traspaso sigue siendo una pieza inamovible del once de Scolari.

A pesar de que Felipão echó a Paulinho de un entrenamiento al considerar que el futbolista no se entregaba con la tensión necesaria, le colocó como titular en el duelo liguero que enfrentó a su equipo con el Shandong Luneng. Los pequineses se reecontraron con la victoria tras dos derrotas consecutivas y el centrocampista ralló a su nivel habitual, con un desgaste en la medular que agradecieron los suyos.

Un fichaje en pausa

Tras avanzar en las negociaciones durante los últimos días el Barça ha topado con un obstáculo en la incorporación de Paulinho. El Guangzhou ha rechazado todas las ofertas azulgranas hasta el momento y sigue apuntando a una cantidad que los catalanes no alcanzarán. 

Ante esta tesitura, el club ha dejado la operación en 'stand by' hasta que decida cuál será su solución, si apostar por otro jugador, seguir tensando la cuerda hasta el cierre del mercado europeo o esperar a la ventana de invierno.