Dejando de lado las fobias que pueda provocar la llegada de Paulinho al FC Barcelona, es evidente que el brasileño puede aportar un músculo que hasta ahora brillaba por su ausencia. Otro aspecto es ver cómo se adapta al estilo de juego y si dará la talla en Europa. Pero es la opción elegida entre Valverde y la directiva -teóricamente-, por lo que se supone debería tener un sentido que se le haya fichado para reforzar la medular.

Teniendo en cuenta que no es un jugador creativo, más bien destructivo, ¿podemos entrar en una nueva fase de sistema táctico? Ya son varias las voces que especulan con un posible cambio de sistema. Del 4-3-3 tradicional al 4-2-3-1. Valverde podría probar con dos pivotes defensivos como Busquets y Paulinho -lo que hacía Del Bosque en España con Busi y Xabi Alonso-, dejando ya a Messi con una manija absoluta en la fase de creación y Suárez en punta.

Este sistema dejaría en un lugar un poco aislado a Iniesta, que debería caer a la banda izquierda, algo poco factible viendo su estado físico. Se necesitarían extremos con capacidad defensiva y mucha velocidad, así como inteligencia táctica para dar amplitud al campo.

Paulinho sería el "stopper", el Casemiro del Barça, por decirlo de alguna manera.Busquets se vería liberado y podría explotar esa visión de juego que tiene pero apenas puede exhibir. Y Messi retrasaría ya de forma definitiva su posición, haciendo de enganche a su antojo.

Los posibles fichajes, clave

Coutinho y/o Dembélé podrían ser piezas importantes en esas bandas, aunque todo esto son conjeturas. Quizás llegó el momento de innovar y cambiar, aunque eso conlleve acabar con el ADN Barça. Viendo la planificación, no seria tan mala opción. Veremos qué se ve en el Bernabéu y en la Liga ante el Betis.