El futuro de Cristian Tello continúa estando en el aire después de que la Fiorentina se haya negado -de momento- a pagar los ocho millones de euros por los que el FC Barcelona quiere traspasar al canterano blaugrana. Con contrato hasta 2018, el Barça sabe que Tello es seguido por varios clubes de Europa y no entregará a precio de saldo al extremo.

Además, esos ocho millones de euros ayudarían a las arcas del club y podrán ser utilizados en el presupuesto de fichajes de este mismo verano. En todo caso, existe la posibilidad de que Tello vuelva a jugar cedido la próxima campaña en la Fiorentina si no se llega a un acuerdo para su venta. Por tanto, está previsto que el futbolista se una a la disciplina del Barça este mismo miércoles para pasar las correspondientes pruebas médicas y empezar a entrenarse a las órdenes de Luis Enrique. 

"Esperamos poder cerrar esta semana la operación. Habrá una reunión entre todas las partes, pero mientras tanto Cristian se unirá mañana al Barcelona", ha explicado el representante del jugador, Josep Maria Orobitg, en "violanews.com".

Después de una primera campaña excelente en el Oporto, en la segunda campaña no contó tanto para Julen Lopetegui. Eso hizo que optase por salir a la Fiorentina en enero, donde se hizo con un puesto de titular y acabó enamorando a la afición "viola". Esas buenas prestaciones han hecho que diferentes equipos hayan preguntado por él.

Entre estos clubes estarían el Liverpool de Jurgen Klopp y el Valencia CF. En la próxima semana se intensificarán los contactos para su salida que se podrá prolongar hasta finales de mes. "Lucho" tendrá al de Sabadell al principio de los entrenos de esta nueva pretemporada 2016-2017, que ya está totalmente organizada.

Pese a todo, si finalmente no se llega a un acuerdo con ningún club para la venta o cesión de Tello, y en función de cómo lo vea Luis Enrique en los entrenos, no se descarta que el técnico asturiano opte por quedarse al de Sabadell esta próxima temporada como cuarto delantero. Tendrá que convencerle, dado que el catalán tiene muy claro que no quiere vivir a la sombra de la "MSN".