Un amplio sector de la afición del FC Barcelona se ha echado encima de la junta directiva de Josep Maria Bartomeu con algunas ventas y salidas de jugadores que no han aportado lo esperado a las arcas culés. Cristian Tello por 4 millones, Marc Bartra por 8 "kilos", Sandro Ramírez gratis... Y otros como Jeremy Mathieu que pueden rescindir contrato y marcharse con la carta de libertad.

Hasta ahora, sin embargo, el FC Barcelona no ha hecho con ninguna estrella de la talla de Rakitic, Neymar o Luis Suárez lo que acaba de hacer el Real Madrid con James Rodríguez: cederle dos temporadas para luego cobrar 20 millones menos de lo que pagó por él hace tres veranos.

La inflación es toda una realidad en el mercado de fichajes, y a cada año que pasa queda comprobado con fichajes estratosféricos que fichar a una pieza medianamente aceptable para reforzar una gran plantilla cada vez cuesta más dinero. Por ello, llama la atención que el Real Madrid se desprenda de una estrella que está en la mejor edad de su carrera, los 25 años, por 60 millones que no verá hasta dentro de un buen tiempo.

Puede que, después de todo, no todo sean flores y alegrías en el jardín del Edén que desde la prensa española nos han querido vender con el Real Madrid y su política de ventas. Cierto es que los blancos casi siempre consiguen colocar en el mercado a sus descartes, y a muy buen precio la mayoría de las veces. Pero el traspaso de James Rodríguez al Bayern Múnich no ha sido el caso.

La aceptación silenciosa del Real Madrid y su entorno

Sobre todo porque, además de que la cifra es muy pobre para un jugador de talla mundial como el colombiano -gran estrella de su selección-, hay que valorar también lo que pierde el Real Madrid a nivel mediático y todo lo que gana el Bayern Múnich, uno de los rivales más temibles para el Real Madrid y cualquier otro equipo en la UEFA Champions League.

Si el FC Barcelona hubiese llevado a cabo la misma jugada que acaba de hacer el Real Madrid, seguro que un amplio sector de la prensa catalana y la afición culé habría saltado a la yugular de la secretaría técnica. En Madrid, de momento, todo es silencio y aceptación a los pies de don Florentino.