Riqui Puig, la 'joya' del Barça convertida en un nuevo 'juguete roto'

Riqui Puig es uno de los futbolistas que crecieron en la cantera del FC Barcelona con el sueño de alcanzar el primer equipo. Desde que se incorporó con 15 años al Cadete A, su único objetivo ha sido triunfar en la Ciudad Condal y no fue hasta 2018 cuando Ernesto Valverde le dio un voto de confianza al alinearle frente al Cultural Leonesa en su debut por Copa del Rey.

Su buen manejo del balón y los fundamentos con los que creció en las categorías inferiores le proyectaron como un jugador prometedor, con todas las características de un centrocampista con 'ADN Barça'. En 2020 dio el salto al banquillo de suplentes y se hizo un hueco en la plantilla, aunque sus minutos cada vez se fueron reduciendo más al punto de quedar en el ostracismo para cada uno de sus entrenadores.

El aterrizaje de Xavi Hernández significaba una nueva oportunidad para Riqui porque el egarense sabía la importancia del filial para la institución, por lo que comenzó a tomar en cuenta a los más jóvenes durante sus primeros meses como entrenador. Sin embargo, la irrupción de Gavi y Nico González significaron un obstáculo inamovible para el '6', al punto de que su camino comenzó a desviarse hacia una salida.

Con todo esto sobre la mesa, el técnico tomó la decisión de no convocarle a la gira de pretemporada por los Estados Unidos, lo que terminó de sentenciar la continuidad del mediocentro en las filas del Barcelona. Cinco años después de su debut oficial, Riqui ha sido traspasado a Los Ángeles Galaxy de la MLS, un 'cambio de aires' necesario para otro jugador que comenzó con un sueño y que terminó como un 'juguete roto'.

Su legado en Can Barça

A sus 22 años, disputo 122 partidos en todas las competiciones como jugador del Barça, acumulando siete goles y 16 asistencias en 7.098' minutos jugados. Su media de tiempo sobre el césped jamás superó la hora de partido, lo que resume lo que ha sido su trayectoria con la elástica culé. Ahora, tendrá la oportunidad de demostrar que puede ser determinante cuando tiene protagonismo y ganarse un boleto de vuelta a la élite del fútbol mundial.