A estas alturas del verano, y pese a los fichajes que se puedan cerrar, las conclusiones del Barça en el mercado estival de 2017 no pueden ser positivas, y es que cada una de las operaciones culés ha significado un drama por sí misma. El último culebrón que observa la Ciudad Condal es el traspaso de Philippe Coutinho, que ni siquiera ha puesto de acuerdo a una prensa que no se aclara.

Este martes se ha producido la muestra que denota la incertidumbre que está generando su situación, con un cruce de informaciones que no aseguran cúal es el destino del brasileño. Las publicaciones catalanas aseguraban que su salida de Anfield se complica por momentos, debido a la férrea negativa de un Liverpool que lleva dos meses rechazando ofertas con el beneplácito de su entrenador, un no menos combatiente Jürgen Klopp.

Pero durante la tarde, y desde Inglaterra, ha aparecido la versión contraria, afirmando que antes del final de esta semana Coutinho será del Barça por una cifra cercana a los 160 millones de euros. Según esta versión, los 'reds' han ofrecido 80 'kilos' y a Divock Origi para que Thomas Lemar sea el sustituto del de Río, junto a un Naby Keita que llegará en 2018, y habrían pedido al Barça que el acuerdo se haga oficial después de cerrar la operación por el del Mónaco para que la escuadra del Principado no se exceda en sus exigencias.

El jugador, muy tenso

Mientras tanto, lo que sí está claro es que el futbolista está afectado por todo el asunto sobre su futuro. Algunos de sus más allegados han confirmado que su voluntad es marcharse al Barça, pero que continuará sin rechistar si tiene que quedarse definitivamente. A pesar de todo, el centrocampista no ha jugado desde hace unas semanas con los ingleses, y ha llegado a Brasil con la intención de desconectar y esperar la sentencia definitiva sobre su destino. De una vez.