Zlatan Ibrahimovic es uno de esos jugadores que, cada vez que habla, no deja indiferente a nadie. El delantero sueco destaca sobre todo por elogiarse a si mismo con un tono a veces burlón hacia los demás, pero también por no tener pelos en la lengua y no callarse nada de lo que piensa en ningún momento.

Otras veces suele 'trolear' a los periodistas y, recientemente, lo ha hecho de una forma curiosa. Fue después de la contundente derrota de Los Angeles Galaxy, actual equipo del delantero sueco, por 3-0 contra los San José Earthquakes. El ex azulgrana bromeó con los periodistas asegurando que había roto el vestuario.

"Rompí muchas cosas después del partido. Rompí todo el vestuario. Tuvieron que llamar a la ambulancia porque había cuatro jugadores en coma. Después me disculpé con la ambulancia porque les hice trabajar mucho", bromeó el gigante sueco, cuando le preguntaron si se había disculpado con sus compañeros tras el partido.

Actualmente tiene 37 años, pero su ambición por seguir deleitando con su fútbol sigue sin decaer. Ibrahimovic, díscolo de carácter pero con un gran sentido del humor, volvió a dejar una nueva perla en su repertorio y, conociéndole, seguro que no es la última que acaba soltando.

Ibrahimovic, un triunfador que se estrelló en el Barcelona

Después de triunfar en el Ajax, lo hizo también en la Juventus de Turín y, una vez el equipo bianconero descendió por el 'calciopoli', Ibrahimovic se fue traspasado al Inter de Milán. Tras triunfar como neroazzurro, llegó al FC Barcelona, pero su paso por el Camp Nou no fue positivo ni para la entidad catalana ni para el propio jugador, que fue el eterno suplente.

Según las noticias que salieron a la luz en esa época, el sueco no habría congeniado con Leo Messi, algo que le acabó relegando al banquillo. Dos gallos en el mismo corral con una mega estrella y un recién llegado que no quiso aceptar el rol de secundario. Finalmente, el FC Barcelona le malvendió al Milan, donde prosiguió con su carrera y siguió triunfando.