El Liverpool dio este fin de semana un duro golpe a la Premier League, con una victoria ante el Manchester City en casa que le deja en lo alto de la clasificación con ocho puntos de margen sobre Leicester y Chelsea y nueve por encima de los 'sky blues'. Aunque el enfrentamiento tuvo fútbol a raudales y sobre ello se discutió en la rueda de prensa, también hubo tiempo para expresar el disgusto que existía en el bando mancuniano.

Pep Guardiola reconoció estar muy molesto con el arbitraje y el VAR, que ya han motivado varias quejas a lo largo de la temporada y volvieron a ser protagonistas en el encuentro en Anfield. El de Santpedor intentó echar balones fuera una vez más, pero tanto a lo largo del partido como en su comparecencia ante los medios se pudo apreciar que estaba visiblemente enfadado con las decisiones de los colegiados.

El mosqueo de los 'citizen' se debe a dos acciones de Trent Alexander-Arnold en las que podrían haber recibido penaltis que no se pitaron, ya que Michael Oliver y sus asistentes entendieron que el castigo no era necesario. En la acción que precedió al 1-0 anotado por Fabinho, el lateral cortó con el brazo izquierdo algo despegado un pase de Bernardo Silva que hubiera dejado completamente solo a Raheem Sterling, y con el 3-1 ya en el marcador, un centro del inglés topó con su brazo derecho, también separado del cuerpo, con el mismo resultado.

Como ya ha sucedido en otros compromisos ligueros, el ex del FC Barcelona señaló al jefe de los árbitros, y advirtió que las preguntas respecto a estas jugadas no las podía responder. "Preguntad a Mike Riley y a los chicos del VAR. A mí me gustaría hablar de nuestra actuación, fue muy buena. Uno de los mejores partidos que hemos jugado", contestó ante la insistencia de los periodistas, y subrayó que su equipo no va a tirar la toalla.

"Siempre lo intentamos, nunca nos rendimos, por eso hemos ganado dos Premier seguidas, porque siempre luchamos hasta el final. Es importante crecer como club y como equipo. Ha sido un honor para ambos equipos mostrar a la Premier League y a los espectadores esta clase de partido", defendió, recalcando que tratarán de recortar la desventaja en el camino hacia el final de la campaña, en el que esperan repetir éxitos.

Klopp tampoco acabó contento con el arbitraje

Como Guardiola, Jürgen Klopp tampoco acabó contento con el arbitraje, aunque en su caso por la incertidumbre que genera el VAR. Más allá de celebrar el rendimiento y la concentración de los suyos el alemán admitió haber visto la primera mano de Alexander-Arnold y haber dudado de si iban a anular el gol del Liverpool para dar un penalti al City: "Ya no es lo mismo de antes. El problema fue el VAR. Vi lo que había ocurrido antes del primer gol y estaba esperando. No es lo mismo de antes, pero no es problema, lo celebraré esta noche".