Zlatan Ibrahimovic ya hace tiempo que hizo historia en el mundo del fútbol, pero ahora va camino de convertirse en leyenda. A sus 35 años, sigue marcando en Los Angeles Galaxy, y volvió a hacerlo en el 'derbi' disputado en las últimas horas frente al Los Angeles FC, con un Carlos Vela que también vio portería y puso las tablas en el marcador.

El caso es que, con la diana de Ibrahimovic en el encuentro, el delantero sueco llegó hasta los 499 goles oficiales en el panorama internacional, lo que le sitúa a un tanto de entrar en un selecto grupo en el que, en la historia reciente, pueden verse pocos nombres.

Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Romario, Pelé, Puskas, Eusebio, Gerd Müller, Uwe Seeler, Zico, Hugo Sánchez, Tulio, Di Stéfano, Krankl y Jimmy Greaves son algunas de las leyendas que consiguieron llegar también a tales cifras goleadoras, y Zlatan está ya a un solo paso de entrar en su selecto grupo a pesar de que en el palmarés le falten títulos importantes, como una Champions League o un Mundial.

De los 499 goles que ya ha sido capaz de anotar, lo que tiene muy claro Ibrahimovic es cuál de ellos le ha gustado más marcar. "He anotado algunos goles que la gente recuerda, pero el que recordaré para siempre es el que le marque a Inglaterra (de chilena) por la relación con los ingleses. Al principio hablaron mucho y les dí un regalo para toda la vida", comentó hace unos días.

Y reconoce que en sus inicios no era un 'killer', sino que le costaba ver portería con regularidad. "Al principio me costó mucho marcar goles y hubo muchas críticas, pero estas me motivaron y gracias al trabajo y a mis compañeros he podido anotar todos esos goles", señala.

Ibrahimovic nunca se cansa de jugar al fútbol

El delantero sueco, por lo tanto, ya puede considerarse como una auténtica leyenda del fútbol internacional, independientemente de los títulos que puedan verse en su palmarés. Ha pasado por la mayoría de los mejores clubes del mundo, y sin duda ha sido una de las personalidades más carismáticas y controvertidas de este deporte. Aún le queda cuerda.