Hace unos meses, el panorama internacional no tenía ni la más remota idea de quién era Ansu Fati. No obstante, le bastaron apenas unas pocas oportunidades para pasar de ser un desconocido a uno de los jóvenes con más proyección de futuro en Europa. Las lesiones de Leo Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé le empujaron a principios de temporada y ahora, con los dos primeros recuperados, sigue siendo clave.
Hace unos meses, el FC Barcelona le renovó y le blindó, estableciendo en su contrato una cláusula de 170 millones de euros para evitar su hipotética fuga después de tantas actuaciones portentosas. La cifra parece suficiente, de momento, para evitar el que es considerado a día de hoy el futbolista con más proyección de la Masia, pero recientemente informaron que el Manchester United ofreció 150 millones de euros por él.
Pese a la enorme cantidad de dinero supuestamente ofertada, el FC Barcelona tiene claro que la calidad de este joven extremo de 17 años junto a la ilusión que genera, no pueden ser compradas con dinero. Josep Maria Bartomeu se cierra en banda y no está dispuesto a escuchar ofertas por su estrella, pero también deberá hacer un ejercicio de coherencia para gestionar el caso de Ansu Fati con corrección.
Un rompecabezas para el Barça
Más que nada porque a un jugador de su calibre no se le puede parar la progresión, pero no el Barça tiene ante si un importante rompecabezas. Leo Messi, Luis Suárez y Antoine Griezmann son tres fijos en la delantera; tras su lesión, va a ser complicado vender a Ousmane Dembélé en verano; Martin Braithwaite todavía está por amortizar; en verano llegará Francisco Trincao y, por si fuera poco, los culés están obsesionados con el fichaje de Lautaro Martínez.
En total, el FC Barcelona podría acumular la temporada que viene siete delanteros sin contar al propio Ansu Fati, un auténtico 'overbooking' que el club deberá solucionar si no quiere que la progresión de su joven perla quede estancada. El bissauguineano ya no está para jugar en el filial, pero tampoco se contempla una cesión. Por tanto, hay que hacerle hueco en la primera plantilla, pero se podrían acumular hasta ocho delanteros para tres puestos.
El problema es que la crisis económica de los clubes provocada por la pandemia no permitirá hacer grandes ofertas. Así las cosas, de salir jugadores como Dembélé o Braithwaite, lo harían sin que el Barça hubiese amortizado sus costes. Un problemón para el club catalán, que no puede perder ni un céntimo más. Muchas piezas para encajar en un rompecabezas donde Ansu Fati debe ser clave.