Dembélé, desequilibrio y velocidad sin control en el Nuevo los Cármenes

Sería oportunista hablar de que Ousmane Dembélé no es importante para este FC Barcelona después de su aparición gris contra el Granada, tres días después de que el extremo francés se vistió de héroe para que los azulgrana despertaran y buscaran la remontada contra el Linares para conseguir la clasificación a los octavos de final de la Copa del Rey. 

Ante el conjunto 'nazarí', todo el Barça falló, comenzando por Xavi. Los jugadores quedaron 'retratados', sobre todo, cuando Gavi salió expulsado a falta de diez minutos para el final, pero fue una consecuencia de no haber hecho las cosas bien y no cerrar el partido, como siempre. Dembélé fue sustituido en el 80, y tuvo poca incidencia en el juego ofensivo de los culés. 

Nadie puede negar que el 'Mosquito' aporta la marcha extra que necesita el equipo, pero queda preguntarse hasta qué punto. Es desequilibrante, veloz como pocos y con una capacidad impresionante de dejar a rivales en el camino. El problema es que sigue sin ser suficiente y Dembélé 'peca' por ser intermitente con el Barça. 

Dos caras distintas

En la primera parte, Dembélé comenzó muy incómodo e impreciso, pero fue ganando galones con el pasar de los minutos y, junto a Gavi y Nico, fue de los mejores del Barça en 45 minutos. Después se fue apagando de a poco y pasó a estar interrumpido en su juego. Hay que ver cómo se desempeña en sus próximos partidos y si aparece en los partidos importantes, contra rivales de peso. 

Tiene una oportunidad tremenda ante el Real Madrid, en la Supercopa de España, este miércoles. Es un choque de vital importancia para los culés, porque señalaría el camino para sumar el primer título de la temporada, pero para conseguir el objetivo jugadores como Dembélé tienen que estar al 100% para plantarle cara al conjunto dirigido por Carlo Ancelotti.