Pocos días de haber liberado a sus internacionales para sus respectivos compromisos, el FC Barcelona ha recibido con preocupación las noticias sobre las molestias de Arturo Vidal en su rodilla operada, que le han obligado a abandonar antes de tiempo el entrenamiento de la selección de Chile. A pesar de que se monitorizará el estado del centrocampista, hay cierta tranquilidad al respecto.

"Estoy bien, yo lo he dicho, desde que llegué a Barcelona que me siento súper bien físicamente y claramente hay que ir paso a paso, tampoco es jugar a lo loco los partidos porque todavía no se puede", había comentado poco antes el de Santiago, con un discurso que subraya que él es el primero que controla su estado físico al detalle.

Aunque podría quedar excluido del amistoso contra Japón, su intención era ir aumentando su carga de minutos, algo que ha hecho en la Ciudad Condal progresivamente y además mantiene con su entrenador personal. Hace algunas semanas se pudo comprobar el compromiso que ha adquirido con los culés, ya que se ejercita aparte para coger ritmo después de varios meses parado, precisamente por los inconvenientes que le ha generado la mencionada articulación.

El Barça no arriesgará con la lesión de Arturo Vidal

Está claro que al tratarse de un jugador de 31 años, hay menos garantías que si ocurriera con uno más joven, pero a la vez hay ciertas ventajas. El sudamericano conoce mejor su cuerpo y sus reacciones, y puede decidir con antelación cuando los síntomas son preocupantes y cuando el sobreesfuerzo le está pasando factura. Es algo que a estas alturas debe tener controlado.

Tras el disgusto del pasado curso con Ousmane Dembélé, los médicos del Barça optan por una estrategia de cero riesgos, ya que, pese a que el francés no tuvo ninguna culpa, sí hubo cierto pecado de precipitación tanto en su primera lesión como en su posterior recaída. Se ha notado que en cuanto el de Vernon ha tenido una preparación adecuada ha esquivado muchos sustos, algo que habla muy bien de su mentalización para la presente campaña, en la que física, técnica y tácticamente le está dando muchas vueltas a la anterior.

Así, el objetivo es que Arturo Vidal no fuerce más de lo necesario en su puesta a punto, sino que sea un proceso llevado con paciencia y naturalidad. No es de extrañar que después de tanto tiempo fuera de combate haya algún revés como el que le ha ocurrido, pero eso no será un obstáculo en su adaptación al Barça. Está convencido, calmado y preparado para el desafío al que se enfrenta.