El padre de Andrés Iniesta admite que su hijo estuvo a dos días de dejar la Masia

22 años después de sus primeros pasos en el FC Barcelona, Andrés Iniesta está dando ya los últimos. El capitán azulgrana confirmó que después de darle muchas vueltas ha llegado la hora de partir, en una rueda con tantas emociones como agradecimientos. Aunque su carrera será recordada por sus numerosos éxitos, tambien tuvo algunos momentos muy duros.

Así lo reflejó su padre, José Antonio, en una entrevista para el programa 'Tu diràs' de 'RAC1', en la que repasó sus sensaciones tanto en los inicios como en el final de la etapa del centrocampista en la Ciudad Condal. Haciendo referencia al primer día en el que llevó a su hijo a la Masia, lo explicó: "Fue uno de los días más tristes de mi vida. El viernes también lo fue porque lleva toda una vida aquí, pero diferente, porque él ya se va compensado y con el cariño de la gente".

"Le hemos dado muchas vueltas, porque esto, a diferencia de lo que es la vida, no estamos preparados con la proporción que toca, pese a que se va jugando bien, ganando títulos y habiendo pasado una vida entera. Él lo tenía claro, sabe la edad que tiene, pero sabe que un año es muy largo y no quiere verse sin poder decidir, él no quería condicionar a un entrenador por ser quién es", argumentó sobre los motivos que le empujan a decir adiós.

De Brunete a la Masia, un cambio complicado para Iniesta

Echando la vista atrás, José Antonio reveló que la historia de Andrés Iniesta estuvo cerca de ser muy distinta: "Hubo momentos en los que dependió todo de dos días. Nos decían que no comía, que lo estaba pasando mal, y estuvimos a dos días de llevárnoslo. Nos llamaron al día siguiente que ya comía y él me contó, 'tranquilo padre que estoy bien', y al final se quedó y ya se adaptó".

Eso sí, también hubo hechos que lo compensaron. "Como padre, el día que no olvidaré fue el día que en Brunete se me acercó un señor y me dijo que el Barça estaba interesado en que él fuera a La Masia. Aquella fue una enorme satisfacción. Primero Andrés me dijo que no porque era muy pequeño. Luego yo, egoístamente, le 'comía' la cabeza. Y luego me dijo, 'mira si hay posibilidades porque es lo que tú quieres y no te puedo dejar a ti tampoco'", rememoró.

Al final, a pesar de todo lo vivido, toda la familia se queda con las sensaciones positivas, y un tremendo agradecimiento a un Barça que los acogio a todos: "Vino con 12 años y se va con 34. Yo llevo 17 años aquí y parte de mí también es esto. Este club nos ha dado todo lo que somos, a él y a nosotros como familia".