El FC Barcelona afrontaba un derbi de alto nivel este sábado, y para enfrentarse al RCD Espanyol, Ernesto Valverde cambió su tridente apostando por Leo Messi, Luis Suárez y Ousmane Dembélé. En esta ocasión, a Philippe Coutinho le tocó esperar su turno en el banquillo, y lo cierto es que la apuesta del extremeño no pudo ser más acertada. Sus pupilos tardaron poco en darle la razón.

Con el uruguayo recuperado y el francés en línea ascendente, el Txingurri no dudó en dar descanso al carioca y poner nuevos compañeros para el '10', que ejerció de líder y potenció a dos cracks que salieron revolucionados al terreno de juego del RCDE Stadium. Los tres fueron un incordio para la defensa de los blanquiazules, y sentenciaron el encuentro antes del descanso.

Empezó el rosarino con un golazo de falta, que dio paso a un vendaval azulgrana. Los 'pericos' salieron demasiado atrás y concedieron espacios a un equipo que es letal, y que empezó a acumular ocasiones sobre la portería de un desesperado Diego López. No pasó demasiado hasta que el francés subió el 0-2 al marcador, con una acción en la que el argentino le dio el pase definitivo.

También se apuntó a la fiesta Suárez antes de pasar por vestuarios, en este caso, precisamente, tras aprovechar un envío de Dembélé. Se hizo sitio para dejar atrás a David López, avanzó metros hasta la línea de fondo, y sin ángulo para meter el balón, superó a cancerbero por bajo, por debajo de las piernas y con una aligera ayuda del espanyolista, que desvió ligeramente el esférico. Además, Luis y Leo también toparon, una vez cada uno, con los palos.

Esta exhibición ofensiva demostró que los tres tienen ya mucha química, y que al Barça no le faltan alternativas. Goles y asistencias cruzadas entre sus delanteros, y eso que había algunos lesionados importantes y un banquillo de muchos quilates. El camino hacia los títulos será largo, pero con estrellas como estas, debe ser algo más sencillo.

Leo Messi, desatado contra el Espanyol

Después de una semana en la que tuvo que soportar los menosprecios de Pelé, Leo Messi respondió a lo grande, y se comió al Espanyol en el derbi. El argentino estuvo impecable en ataque y sacrificado en defensa, dando un auténtico recital para callar a cualquiera que tenga dudas de que, digan lo que digan los premios, sigue siendo el mejor del mundo.