Era el partido de El Molinón un encuentro trampa donde el FC Barcelona no podía perder más puntos y debía estar atento ante cualquier eventualidad. Los azulgranas salieron desde el primer minuto a por el partido e hicieron un gran encuentro tanto ofensiva como defensivamente. En esta última parcela destacó un hombre por encima de todos: Gerard Piqué.

El canterano blaugrana, que cumplía diez años en LaLiga española, celebró de la mejor de las maneras esta fecha cuajando un partido soberbio. El zaguero estuvo absolutamente en todo. Cortando los ataques de Víctor Rodríguez por el costado izquierdo, apareciendo por el derecho para llevarse el duelo individual ante Burgui y en el centro del área, evitando que Cop recibiese y pudiese hacer daño.

Además, a la hora de partido recibió el brazalete de capitán de la mano de Sergio Busquets, sustituido por Denis Suárez. Dado que no había ninguno de los cuatro capitanes del primer equipo sobre el verde, por jerarquía le tocaba a Gerard. Eso incluso le dio más alas para estar perfecto en los momentos en los que más apretó el Sporting hasta la expulsión de Albeto Lora.

La sensación que dio durante los noventa minutos, igual que la que está dando a lo largo de toda esta temporada en sus inicios, es que el mejor nivel de Piqué ya está aquí. Es el verdadero Kaiser de la defensa azulgrana que salvaguarda a los suyos y lidera desde retaguardia. Más "Piquenbauer" que nunca.