Hace unos años, y después de un breve bajón de rendimiento, Gerard Piqué reconoció que debía mejorar sus actuaciones y que se había puesto como objetivo volver a ser uno de los mejores centrales del mundo. El catalán consiguió su objetivo, y el gran beneficiado ha sido un Barça en el que es un futbolista indispensable.

Desde que se consolidara en el once haciendo pareja con Carles Puyol, el zaguero ha sido prácticamente inamovible en los esquemas azulgranas, de los que sólo se ha caído cuando estaba lesionado o sancionado. Sus cualidades le sitúan como una pieza básica en el juego del conjunto barcelonista, en el que tiene una gran influencia tanto en defensa como en ataque.

Sus capacidades defensivas han crecido con el paso de los años, convirtiéndole en un seguro atrás tanto en campo abierto como en partidos más de área. Además, su visión de juego y su calidad en el pase le han permitido ser un central idóneo para el estilo Barça, en el que también se exige a los zagueros en tareas de creación y en el que también es capaz de brillar gracias a su gran desempeño en labores ofensivas.

Líder a todos los niveles

Gerard Piqué es, sin lugar a dudas, una referencia en el Barça, pero su influencia no se limita solamente a los terrenos de juego. El catalán es un líder en el vestuario, y aunque su carácter bromista y desenfadado le mantiene alejado de la capitanía, su tono directo y sincero y su indudable barcelonismo le colocan como uno de los 'jefes' de la plantilla.

Sin ir mas lejos, el barcelonés ya intentó mediar sin éxito en el caso Neymar, alzando la voz y tratando de evitar la salida del brasileño. Más tarde tuvo que retroceder en sus intenciones, dando la cara ante la prensa y entonando el 'mea culpa', aunque esto no tuvo consecuencias en su ascendencia sobre sus compañeros. Ernesto Valverde sabe que Piqué es un buen ancla a la que agarrarse, y en su aventura como nuevo capitán del barco culé no le van a sobrar apoyos.