El FC Barcelona y la Real Sociedad empataron en su duelo en Anoeta, que tuvo mucho fútbol y polémica arbitral. Los catalanes empezaron perdiendo pero lograron rehacerse, y tras remontar y perdonar la sentencia, encajaron una dolorosa igualada. A pesar de que un penalti a favor no pitado en el tramo final del encuentro pudo cambiar el resultado, los pupilos de Ernesto Valverde no pudieron volver a casa con los tres puntos.

Uno de los jugadores más destacados del conjunto azulgrana fue Antoine Griezmann, que brilló en su regreso a San Sebastián. Tras dejar su Macon natal en 2005, el punta se incorporó a las categorías inferiores de los 'txuri-urdin', con los que explotó deportivamente en Primera División. En el coliseo guipuzcoano, el 'príncipe' se hizo grande, dio un salto de calidad en el Atlético de Madrid y finalmente desembarcó en el Camp Nou.

Con su habitual estilo sobrio, y quizá algo de precipitación, el francés cuajó un partido notable, en el que incluso logró un gol clave. Tras anotar Mikel Oyarzabal desde los once metros, los culés empezaron a mejorar poco a poco, y una de las últimas ocasiones del primer tiempo la envió al fondo de las mallas el galo. Luis Suárez encontró su carrera con un pase medido, y ante la salida del portero, definió con una sutil vaselina.

El campeón del mundo volvió a demostrar que la mejoría de las últimas semanas no es casualidad, y confirmó que sigue yendo a más. Es cierto que su actuación no fue excelente, pero sí estuvo muy rápido, activo e intenso y repitió oportunidad tras el descanso. Esta, algo más escorado, la despejó Álex Remiro, pero hay que valorar un desmarque de muchos quilates en el que rompió a la zaga donostiarra.  

El atacante va dejando atrás su agobio en la banda izquierda, y fue la luz con un Leo Messi algo más apagado. Su conexión con Suárez ya funciona de maravilla, y eso le acerca a lo que el Barça necesita. Si una de las estrellas de la delantera no tiene su mejor día, hay otras dos preparadas para tirar del carro, algo que siempre ha reforzado a un argumento tan importante como el tridente. Ahora, su ascenso no debe frenar.

Griezmann demostró su cariño a la Real

Pese a su satisfacción por haber ayudado a puntuar al Barça, el cariño de Griezmann a la Real se notó antes, durante y después del partido. Esta era una cita especial para el crack, que no celebró la diana del 1-1. Ante los medios de comunicación explicó su decisión, y es que prefiere mantener el respeto a aquellos que le han dado todo. Hábil como ninguno, esquivó las preguntas sobre la polémica arbitral, y con el trabajo bien hecho, y pensando ya en el Clásico, se tomó un merecido descanso quedándose en San Sebastián. Pronto volverá a los entrenamientos.