El internacional portugués, sin embargo, entró en el segundo tiempo sustituyendo a Rafinha Alcántara. Ciertos sectores de la afición le recibieron con silbidos, algo que no gustó al zaguero catalán que se despachó a gusto en zona mixta: "La gente que silba antes de empezar a jugar que se quede en casa. Es intolerable", afirmó.
"No ayuda ni al equipo, ni al jugador. Una cosa es que el partido te salga mal, pero estoy muy molesto con estos que silban de entrada", concretó el defensor blaugrana sobre la pitada.
El 3-4-3 hace al Barça estar más atento
"Somos un equipo muy ofensivo. Atrás sufres más de la cuenta, porque tienes más espacios y ahora estamos adaptándonos a esto. Ser zaguero del Barça es especial, porque pocas defensas corren estos riesgos", concluyó.