Esta vez no fue un caño, pero Leo Messi volvió a demostrar que tiene recursos técnicos ilimitados para humillar -probablemente sin querer- a los jugadores rivales en partidos de alto nivel, como el que disputaron FC Barcelona y Celtic Glasgow este pasado miércoles en UEFA Champions League.

El astro argentino fue el futbolista más determinante del encuentro al anotar los dos goles del conjunto azulgrana contra el Celtic, pero además de ello dejó algún que otro detalle de superioridad suprema que enmudeció Celtic Park y, además, desató la admiración entre los barcelonistas.

Ocurrió avanzada la segunda mitad y ya con 0-2 en el marcador cuando la gran estrella del Barça, Leo Messi, recibió un balón escorado en la banda derecha, más cerca del centro del campo que del área defendida por el guardameta Gordon.

El capitán del Celtic Glasgow, Scott Brown, no se lo pensó dos veces y se fue al suelo para intentar arrebatar el esférico al astro argentino o, al menos, echarlo a fuera de banda. No lo consiguió, porque la reacción de Leo Messi fue instantánea, un chispazo.

El "10" realizó una finta con el cuerpo y, levantando ligeramente el balón, se marchó sin problemas de Scott Brown, dejando al capitán del conjunto escocés literalmente tumbado en el suelo.

Los murmullos se desataron en la grada ante el avance imparable de Leo Messi, aunque finalmente la jugada no acabó en gol al no poder conectar el argentino con un compañero en ataque. Messi, en cualquier caso, sigue dando sentido a la existencia de magia en el mundo del fútbol. "Tribun Dergi" ha recogido la secuencia a través de su cuenta de Twitter: