Hay futbolistas que se desviven por marcar un gol. Otros viven un sueño cuando marcan dos. Llegar a un 'hat trick' es un hecho que pocos han logrado. Porque necesitas calidad, efectividad y una pizca de suerte. Ahora bien, para marcar cuatro goles necesitas ser un fuera de serie. Y Leo Messi lo es.

El argentino volvió a dejarnos sin palabras ante el Eibar. Hizo cuatro goles sin firmar tampoco un partidazo. Claro, su inteligencia le permite encontrar espacios y definir de forma impecable. ¿Lo mejor? Que tiene mucha ambición y aún tiene hambre de ir a más tal y como exhibió en sus redes sociales. 

Los otros pókers

Todo comenzó en un gran escenario, el de la Liga de Campeones, cuando el 6 de abril de 2010 Messi firmó por primera vez cuatro goles en un mismo partido. Lo hizo en un Barça - Arsenal (4-1) de vuelta de los cuartos de la Champions, y ese día el argentino entró en el top 10 de máximos goleadores de la historia del Barça.

Dos años más tarde (en febrero del 2012), en un Barça - Valencia de Liga (5-1), los cuatro goles de Messi llegaron el día que celebraba 200 partidos de Liga con la camiseta azulgrana.

Aquella misma temporada Messi repitió póquer contra el Espanyol, en la victoria culé por 4-0. Con esos cuatro goles el argentino llegó a los 50 en una misma edición de la Liga (se llevó el Pichichi con esta cifra), y ya sumaba 72 en todas las competiciones (terminó la temporada con 73).

Contra Osasuna, el 27 de enero de 2013, el póquer sirvió para que superara los 200 goles en la Liga y encadenara 11 jornadas consecutivas marcando, récord histórico en ese momento. Messi dejó el listón, finalmente, en 19 jornadas consecutivas marcando, toda una vuelta entera. Finalmente, el del Eibar, que le permitió llegar a los 300 goles como azulgrana en el Camp Nou.