Aunque para Leo Messi parezca otro día más en la oficina, no se consigue una Bota de Oro cada temporada, y el argentino ya lleva cuatro. En la mañana de este viernes el de Rosario ha recibido el galardón de la mano de su compañero Luis Suárez, muy bien acompañado por algunos miembros del FC Barcelona y rodeado, como no, de su familia.

A pesar de que el crack ha asegurado que no se considera un delantero, sus 37 goles en LaLiga estuvieron cerca de valer un campeonato, que al final fue a parar al Real Madrid y que los azulgrana quieren recuperar sin demasiada demora. En este curso se han puesto manos a la obra, y a su ya destacada ventaja al frente de la clasificación pueden añadir un golpe al segundo clasificado, el Valencia.

Quienes han estado en primera fila durante la celebración han sido su mujer, Antonella Roccuzzo, y su hijo mayor, Thiago, que ha posado orgulloso junto a su padre en una instantánea dedicada en las redes sociales. La esposa del '10' ha añadido el mensaje "Felicitaciones Amor!", junto a varios iconos de corazones, demostrando que la felicidad de Leo es compartida. 

Felicidad plena

Tras comentar que la Bota de Oro es un premio de todos sus compañeros, Leo Messi ha reconocido estar contento y se ha referido a su madurez, que considera que le ha llegado tanto dentro como fuera de las canchas: "He crecido tanto fuera del campo como dentro. Siempre he ido mejorando y añadiendo cosas a mi juego. Ahora disfruto más como jugador".