La "Ronaldinhización" de Messi empieza a ser preocupante

Messi se está "Ronaldinhizando". El Dr. Jekyll más prestigioso del mundo del fútbol parece haberse transformado durante este último tramo de temporada en Un Mr. Hyde demasiado pasivo como para crear la permanente sensación de peligro que antaño le caracterizaba

Todos se acuerdan de cómo Ronaldinho, después de maravillar al mundo del fútbol y convertirse en el héroe del barcelonismo tras levantar él solo a un equipo hundido, fue apagándose poco a poco hasta el punto de necesitar un traspaso para no dañar más su imagen en el FC Barcelona. Pues bien, a Messi durante este último tramo de temporada parece estar pasándole lo mismo.

Por supuesto nadie está diciendo que se le tenga que vender a otro equipo -sería una locura-, pero no deja de ser preocupante que todos sus movimientos sean cada vez más predecibles. El gol marcado contra el Getafe este sábado no engaña a nadie si se tiene en cuenta el resto de su actuación apática en el Camp Nou. A todos nos cuesta criticar a Leo Messi y resulta difícil de creer que últimamente la prensa internacional esté llenas de reproches hacia el argentino y elogios hacia Cristiano Ronaldo, pero la realidad jamás engaña.

Messi pasa actualmente por el peor momento de toda su carrera futbolística, pero lo más triste de todo es que da la sensación de que ni él mismo se ha dado cuenta todavía. Algunos dirán que cuando ganaba títulos y era decisivo para el FC Barcelona también iba caminando por el campo, pero ya no sólo es eso. Camina, se queda parado cuando el equipo azulgrana tiene el balón y también cuando no lo tiene, no presiona, no defiende, no ayuda a sus compañeros, genera muchas menos ocasiones de gol, desaprovecha algunas que antes nunca fallaba, interviene mucho menos y parece haber perdido aquella chispa que hasta hace pocos meses le impulsaba a regatear rivales y acumular toda la atención de las defensas.

Messi no es ni una sombra de lo que era, y tampoco se esfuerza en recuperar su mejor versión, quizás pensando más en el Mundial de Brasil 2014 que en la decepcionante temporada del Barça. Aquél Messi eléctrico que sorteaba rivales como conos; aquél que si no marcaba regalaba un gol al compañero y trabajaba para el equipo, ha dejado de existir en las últimas semanas. 

Y cuando uno lo ve caminando por el campo a falta de dos minutos de quedar eliminado de Champions League, en la final de una Copa del Rey o en el Camp Nou cuando todavía tiene a tiro ser "pichichi" de la Liga, no puede evitar extrañarse. ¿Estará dosificándose para el Mundial? Y, en ese caso, ¿tenía que dosificarse en el tramo más trascendental de la temporada?