Desde la llegada de Ernesto Valverde, Leo Messi ha aumentado su influencia en el juego del FC Barcelona. El argentino es pieza clave tanto en la construcción como en la finalización del conjunto azulgrana, y el técnico de momento no ha encontrado la manera de liberarle de responsabilidades. En pleno proceso de evolución del equipo, el '10' es más indiscutible que nunca.
Y así lo reflejan sus cifras. En esta temporada ha jugado por primera vez en su carrera los 11 primeros partidos del curso oficial al completo. Estuvo muy cerca en la primera campaña de Luis Enrique, la 2014-15, pero el asturiano le dio descanso precisamente en la undécima jornada, relevándole en el minuto 67 de su enfrentamiento contra el Ajax en Champions.
El estado físico de Messi es un tema capital en el Camp Nou, ya que a pesar de su capacidad para dosificarse es conveniente refrescarle tanto para descargar sus piernas como para evitar posibles lesiones. Su rendimiento no parece resentirse, y buena prueba de ello son sus 14 goles con el mejor arranque liguero de su historia, pero visto lo visto lo mejor sería no correr riegos.
Tras la marcha de Neymar, el de Rosario aumentó todavía más su influencia en el juego, y a pesar de que llegaron Ousmane Dembélé y algunas piezas más para el ataque, entre el cambio de sistema, la falta de confianza y las lesiones el '10' ha sido el único que se ha mantenido al máximo. Como siempre, es la solución para el Barça.
Pocas posibilidades
Y si hasta ahora Ernesto Valverde no ha encontrado un hueco para descargar a Leo Messi, las perspectivas no son mejores en las próximas semanas. Cuando acabe el decisivo parón de selecciones el Barça visitará ni más ni menos que al Atlético de Madrid, y en el Wanda Metropolitano parece imprescindible la presencia del argentino.
Esa misma semana, los catalanes afrontarán las visitas de Olympiakos en Champions y Málaga en LaLiga, por lo que sería una buena oportunidad para las rotaciones antes de una primera eliminatoria de Copa del Rey de la que en principio se verá liberado.