Leo Messi es el mejor futbolista del mundo por muchas cosas. Podemos destacar de él su gran olfato goleador, su capacidad para dar asistencias a sus compañeros, sus jugadas individuales para romper partidos, su sacrificio sobre el terreno de juego o su liderazgo. Pero hay algo que todavía le engrandece más: su 'fair play'.

Ante el Rayo Vallecano -partido en el que el FC Barcelona terminó ganando por 3-1- volvió a dar una verdadera lección de juego limpio en una acción que podía traer problemas. Fue en el minuto 42 de partido, en una acción en la que se podía haber señalado penalti sobre Leo Messi pero en la que el propio capitán culé avisó de que no había sido nada.

El astro argentino conducía el balón y se internaba en el área, repleta de rivales. Uno de ellos, el centrocampista Imbula, rozó al '10' azulgrana en una acción en la que el culé acabó en el suelo. Fue entonces cuando el árbitro Melero López habló con la sala del VAR para consultar si la acción debía ser castigada.

Inmediatamente, Leo Messi se levantó del suelo y le hizo un gesto al árbitro que aclaraba la acción: no había sido infracción y el juego debía continuar. La gran mayoría de jugadores se hubiese callado, esperando una decisión del VAR, pero el argentino fue honesto y confesó que en la jugada no había habido nada ilegal. 

Mientras Messi es honesto, otros oyen patadas a 25 metros

Leo Messi demostró que el FC Barcelona es mucho más que un equipo que intenta ganar siempre. También debe hacerlo con juego limpio. Luego están otros que no paran de llorar por los arbitrajes pero que, eso sí, oyen patadas inexistentes a 25 metros de distancia para justificar lo injustificable.

Durante el Barça-Rayo, la caverna mediática volvió a inventarse que el FC Barcelona había ganado por el árbitro. Otra evidencia más de la frustración que hay en Madrid por el 'nadaplete' de un equipo que ha acabado tocando fondo. Mientras se quejan con pataletas absurdas por los árbitros de los partidos del Barça, no se dan cuenta de que el problema lo tienen en casa.