Lionel Messi no logró ver puerta directamente frente al Leicester City, pero indirectamente participó en todas las jugadas de ataque relevantes de la primera mitad del FC Barcelona, que en líneas generales ofreció un gran primer acto pero tuvo lagunas en el segundo, todavía con detalles por mejorar como es normal al inicio de las pretemporadas.

Pero centrándonos en Leo Messi, parece que ha llegado más fresco y descansado que nunca al vestuario del FC Barcelona. Partiendo en el once titular por segundo partido consecutivo, y ejerciendo por lo tanto de capitán, fue el jugador que más galones demostró -junto con Luis Suárez y Munir El Haddadi- a lo largo del encuentro frente al vigente campeón de Inglaterra.

Estuvo participativo, combinativo, creativo y podrían atribuírsele todavía más buenos adjetivos. Lo más importante, sin embargo, es que una vez más volvió a ser el jugador de equipo que necesita el FC Barcelona, ese que es tanto capaz de ordenar el juego y desequilibrar en el centro del campo como de generar jugadas ofensivas para finalizarlas él mismo.

Asistió a Munir El Haddadi con un pase en profundidad magistral en el minuto 25, mientras que pocos minutos después protagonizó un peligroso y potente disparo desde fuera del área que por poco perfora la red.

También participó en la jugada del gol de Luis Suárez, así como en otros acercamientos del Barça al área de Ron-Robert Zieler. Si sigue mejorando y recuperando el ritmo competitivo perdido, el FC Barcelona tendrá mucho ganado para la disputa de los primeros partidos oficiales de la temporada, correspondientes a la Supercopa de España.