Si bien es cierto que algunos periodistas y medios argentinos habían presionado en las últimas horas para que Leo Messi, de la misma forma que otros pesos pesados como Mascherano y el 'Kun' Agüero, no formaran parte de la alineación titular de la albiceleste contra Nigeria, la realidad es que Sampaoli recurrió al sentido común y mantuvo al mejor jugador del mundo en el once.

Así pues, el '10' del FC Barcelona calentó con normalidad junto al resto de sus compañeros sobre el césped ruso, durante los prolegómenos del importante encuentro de este martes ante Nigeria, vital para las opciones de Argentina de estar en la siguiente ronda del Mundial de Rusia 2018.

Leo Messi no se cayó de la alineación titular, pero sí lo hicieron otros pesos pesados como el 'Kun' Agüero, que cedió la posición de delantero centro a Gonzalo Higuaín, y también el guardameta Willy Caballero, quien protagonizó errores de bulto ante Croacia y se quedó en el banquillo para que Armani, el preferido de la afición argentina, le relevase en la portería.

Mercado, Otamendi, Marcos Rojo y Tagliafico formaron la zaga defensiva, mientras que en el centro del campo Sampaoli apostó por un doble pivote formado por Enzo Pérez y Mascherano, para destruir el juego del rival y recuperar balones, y con Éver Banega ligeramente más avanzado para liderar la distribución de balón y creación de juego ofensivo.

Messi, la gran baza de Argentina

En el frente de ataque, Leo Messi estuvo acompañado en San Petersburgo por el ya mencionado Gonzalo Higuaín, y también por Ángel Di María. Paulo Dybala, en este sentido, volvió a quedarse en el banquillo de inicio a pesar de que muchos aficionados le pretendían para la alineación titular de Sampaoli en el importante choque ante el cuadro africano.

Al igual que Dybala, otros 'cracks' consagrados en Europa como Agüero y la joven promesa del PSG, Lo Celso, se quedaron en el banquillo. Naturalmente, no podía pasar que Leo Messi no fuera titular, como solicitaban algunos, más en una reacción de rabia e impotencia que por otro motivo. El mejor futbolista del mundo tiene que estar siempre sobre la cancha. Y más en los momentos decisivos.