El Celta de Vigo ha buscado soluciones en el Camp Nou, pero se ha visto aplastado por una apisonadora llamada FC Barcelona con un tal Leo Messi a los mandos. La eliminatoria se ha resuelto cuando el rosarino ha querido, y es que a pesar de los esfuerzos 'celestes', el delantero ha vuelto a ser el mejor jugador del partido.

En los últimos encuentros el '10' está demostrando que lo suyo es otro nivel. A veces camina y a veces corre, pero con, sobre todo, o sin balón, domina el juego como ninguno. Apenas un minuto le ha bastado para hacer temblar a la defensa del conjunto gallego, pero sólo era un aviso de lo que estaba por venir.

De la mano de Jordi Alba, el argentino ha clavado dos goles que los aficionados culés ya se saben de memoria. El primero recogiendo entre un balón centrado por el catalán, y el segundo en una jugada que todo el mundo conoce pero nadie logra esquivar. Las triangulaciones entre el lateral y el atacante son ya una de las señas de identidad del Barça del Valverde, y le han metido entre los mejores goleadores de la Copa.

Como no quería dejar al de L'Hospitalet sin premio, Leo Messi ha tirado de generosidad y de clarividencia para ponerle un pase definitivo. Plantado frente a un rival ha marcado los tiempos y ha sacado la varita para encontrar un camino que nadie había visto, uno que ha llevado al defensa hasta el tercer gol del duelo. Maravilloso.

Una hora de Messi bien bale una entrada

Los aficionados del Camp Nou se han quedado sin ver a Leo durante los 90 minutos, porque Ernesto Valverde le ha recogido cuando se habían cumplido 59. Aunque no haya sido ni una hora, su recital bien merece una entrada, a pesar de que habrá que explicarle que las estrellas también tienen derecho a descansar. Los deberes estaban más que cumplidos, pero su cara era demasiado seria cuando ha visto su cambio en el electrónico. Siempre quiere más.