Hay días que transcurren con normalidad y otros que quedan marcados para la posteridad. Y hace justo un año, Leo Messi se encargó de dar una alegría descomunal al barcelonismo con una diana que sirvió para enmudecer el estadio rival, el Santiago Bernabéu, y además para llenar de esperanzas al equipo de cara a la posible conquista de LaLiga Santander 2016-17.

Inmerso en el tiempo de descuento, el FC Barcelona dispuso de una última oportunidad para ganar el Clásico de Liga de la temporada pasada en el Santiago Bernabéu, y la aprovechó con creces. Sergi Roberto recogió un balón desde la banda derecha de campo propio y cabalgó con él sorteando a Marcelo y a los demás jugadores blancos que le salieron al paso.

Jordi Alba, el mejor aliado de Lionel Messi

Consiguió desdoblar el esférico a André Gomes, y éste vio a la perfección la internada de Jordi Alba para ponerle el balón medido en profundidad. El resto de la historia es de sobras conocida: el de L'Hospitalet soltó un pase atrás que Leo Messi, llegando como un tiburón al corazón del área, remató sin compasión contra el fondo de la portería de Keylor Navas.

Fue un disparo preciso, a media altura y ajustado al primer palo de Keylor, pillándole a contrapie. Justo después de marcar la diana, Leo Messi se dirigió a la afición madridista, se quitó la camiseta y enseñó su nombre con el dorsal '10' del FC Barcelona, y con un semblante serio y concentrado.

El gol de Messi no sirvió de demasiado al Barça

Sin lugar a dudas fue una celebración que crispó al Real Madrid, pero en cierta medida fue mucho más elegante que la que llevaría a cabo Cristiano Ronaldo meses después, durante la ida de la Supercopa de España disputada en el Camp Nou, enseñando músculo mientras intentaba imitar el gesto que Leo Messi había realizado meses antes.

La cuestión es que, lamentablemente para los seguidores culés, a pesar de aquella victoria gestada por el FC Barcelona en el Bernabéu (2-3), el FC Barcelona acabó perdiendo LaLiga Santander 2016-17, la última con Luis Enrique en el banquillo, y el Real Madrid rompió con ello una racha de siete años consecutivos sin levantar el título. En apenas un año, las cosas han vuelto a cambiar y a decantarse a favor del Barcelona, que está a sólo tres puntos de conquistar matemáticamente el título de Liga.