El desequilibrio de Dembélé vuelve para la Champions

Ousmane Dembélé sigue con su irregularidad habitual en cuanto a continuidad. Una lesión le apartó durante más de un mes de los terrenos de juego a principios de temporada y, tras volver a un buen nivel que le permitió desplazar a Antoine Griezmann de la titularidad y ganarse el puesto, vio una inoportuna y polémica cartulina roja que le supuso dos partidos de sanción, de los que ya ha cumplido uno.

Pero ahora llega la Champions League y el 'mosquito' tendrá una nueva oportunidad de 'picar'. Será este miércoles, contra el Slavia de Praga, en un partido en el que tendrá minutos ya sea desde el once titular o saliendo en el segundo tiempo como revulsivo. Sus posibilidades crecen, teniendo en cuenta que los dos próximos partidos son de LaLiga y no podrá jugar el primero contra el Valladolid.

Lo que parece que ha quedado claro es que, sea como sea, el Barça necesita de las locuras de Dembélé. Un jugador distinto, que tiene esa electricidad y ese descaro necesarios para desatascar cualquier tipo de partido o desarticular cualquier tipo de defensa. Un jugador que está en su tercer año y que quiere explotar ya.

Pese a su mala fortuna con la lesión y la expulsión, el punto a tener en cuenta es que desde el vestuario ya se ve a Dembélé con una actitud mucho más profesional. El francés sabe que tiene calidad y que puede ser uno de los mejores si consigue esquivar su problema con las lesiones. Tanto talento no lo debe estropear una mente poco centrada y parece que este problema se está empezando a solucionar.

Dembélé y Griezmann, cara a cara

Tras su vuelta de la lesión, Ousmane Dembélé consiguió desplazar a su amigo Griezmann de la titularidad, pero tras el recital que el 'principito' dio contra el Eibar​ ya no parece tan claro quién debe ser el que ocupe la banda izquierda. Leo Messi y Luis Suárez son, por el momento, totalmente fijos y el tercer puesto será un cara a cara entre franceses.

Estamos hablando de dos futbolistas de nivel excepcional pero con virtudes muy distintas. Dembélé es un extremo puro, un regateador nato y un jugador capaz de usar las dos piernas y de usar esta habilidad para ser más imprevisible. Griezmann es un mediapunta que precisa de libertad para brillar, que le gusta poder despegarse de un rol fijo en la banda y que, cuando se le otorga todo eso, es brillante.