El zaguero catalán del FC Barcelona, Gerard Piqué, subió siempre que pudo al ataque para intentar gol contra el RCD Espanyol, el equipo al que más dianas ha conseguido anotar junto con el Real Madrid a lo largo de su carrera futbolística, y de hecho dispuso de una oportunidad muy clara cuando todavía no se había llegado a la primera media hora de juego.

En el minuto 26 de partido, Piqué remató en el interior del área pequeña del Espanyol un centro medido, adelantándose por poco a la salida de Diego López. Sin embargo, el remate del azulgrana, que acabó entrando en la portería 'perica', fue anulado por el colegiado De Burgos Bengoetxea al estar situado el jugador del Barça en fuera de juego claro.

El caso es que, mientras remataba, Gerard Piqué se llevó un fuerte manotazo involuntario de Diego López, y permaneció unos segundos doliéndose sobre el césped hasta que De Burgos Bengoetxea se interesó por su estado. Con la cara algo enrojecida y dolorida, Piqué pudo continuar sin problemas sobre el terreno de juego y el susto quedó en nada.

El Espanyol complicó las cosas

Fue una de las jugadas más peligrosas del Barça en la primera mitad, junto a un remate de Denis Suárez que se marchó desviado, otro disparo de Paulinho que también se fue por la línea de fondo y un remate inicial de Leo Messi, atrapado por Diego López.

Defensa férrea del Espanyol, con uñas y dientes, impidiendo que el Barcelona tuviese demasiada producción ofensiva. Al Barça le costó generar oportunidades claras, pero aun así dispuso de la posesión necesaria para encerrar al Espanyol en campo propio.