Tal y como ha publicado "MD", Lionel Messi habría empezado a cansarse de los arbitrajes de las últimas jornadas de Liga BBVA y estaría algo molesto, a nivel individual, por el doble rasero de los colegiados a la hora de condenar las faltas que él realiza en comparación con las que recibe, siendo derribado en múltiples ocasiones por jugadores contrarios, y en ocasiones en acciones violentas que quedan impunes.

Por si fuera poco, parece que ahora han puesto la cruz a Leo Messi por protestar. Hace dos semanas, en el Benito Villamarín contra el Real Betis, Mateu Lahoz enseñó una tarjeta amarilla al "crack" argentino por protestar de manera tranquila una decisión del colegiado valenciano, mientras que este pasado fin de semana, ante el RCD Espanyol, Gil Manzano le mandó para los vestuarios con gesto serio después de que, terminada la primera mitad, el astro argentino se dirigiera hacia él para protestarle alguna acción del encuentro.

Gil Manzano, en vez de castigar con tarjeta amarilla algunas entradas agresivas recibidas por Messi, amonestó al argentino durante el transcurso de la primera mitad por "sujetar a un adversario impidiendo su avance", en una cartulina discutible dado que no era opción clara de contraataque por parte del Espanyol.

Este próximo sábado, en Granada, esperará Hernández Hernández, un árbitro del que Messi tampoco guardaría un gran recuerdo. Fue quien pitó el último Clásico de Liga BBVA disputado en el Camp Nou, y además de equivocarse al anular un gol de Gareth Bale, perdonó también la expulsión de Sergio Ramos, quien debería haberse marchado a los vestuarios mucho antes. Tanto el argentino como el Barça, en cualquier caso, esperan que el arbitraje no influya en el último partido de Liga contra los andaluces en Los Cármenes.